Francisco y la esperanza por una vida «libre de rencores y miedos»

Francisco y la esperanza por una vida «libre de rencores y miedos»

El acto de veneración a la Inmaculada en la Plaza de España de Roma «por quien siente más duro el camino». «Hay sitio para todos bajo tu manto»

Por DOMENICO AGASSO JR. (NEXTA) - ROMA

«Vengo en nombre de las familias, con sus alegrías y sus fatigas; de los niños y de los jóvenes abiertos a la vida; de los ancianos, llenos de años y experiencia; de manera particular, vengo de parte de los enfermos, de los encarcelados, de quien siente más duro el camino. Como Pastor, también vengo en nombre de todos los que han venido de tierras lejanas buscando paz y trabajo». Lo dijo Papa Francisco en el tradicional acto de veneración para homenajear a la Inmaculada, en la Plaza de España de Roma, el día en el que comenzó el Jubileo extraordinario de la Misericordia. Con la oración, especialmente compuesta para la ocasión, el Pontífice invoca a la Virgen parque todos puedan tener una vida mejor «libre de la esclavitud, de rencores y miedos».

«Al verte, Madre nuestra Inmaculada —afirmó Francisco—, reconocemos la victoria de la divina Misericordia sobre el pecado y sobre todas sus consecuencias».

 

Además, «se vuelve a encender en nosotros la esperanza de una vida mejor, libre de esclavitud, recorres y miedo».

Dirigiéndose a la Virgen María, el Papa se presenta como peregrino por las familias, por los migrantes que dejan sus casas y tierras buscando paz y trabajo, por los últimos de la tierra.

«Hoy aquí, en el corazón de Roma, escuchamos tu voz de Madre que nos llama a todos a ponernos en marcha hacia esa Puerta, que representa a Cristo. Tú dices a todos: ‘Vengan, acérquense con confianza; entren y reciban el don de la Misericordia; no tengan miedo, no tengan vergüenza; el Padre les espera con los brazos abiertos para darles su perdón y acogerles en su casa. Vengan todos a la fuente de la paz y de la alegría’», fue la invocación del Papa, que agradeció a la Virgen «porque en este camino de reconciliación, tú no nos haces caminar solos, sino que nos acompañas, estas cerca de nosotros y nos sostienes en cada dificultad».

«Bajo tu manto —exclamó el Papa dirigiéndose a la Virgen— hay sitio para todos, porque tú eres la Madre de la Misericordia».

Francisco fue recibido a su llegada a la Plaza de España por el comisionado extraordinario de la capital romana, el prefecto Francesco Paolo Tronca. A la lectura de la oración de Papa Bergoglio asistieron el prefecto de Roma, Franco Gabrielli, el cardenal vicario del Papa para la diócesis de Roma, Agostino Vallini, el ceremoniero pontificios Guido Marini, el sustituto de la Secretaría de Estado, mons. Angelo Becciu. La oración concluyó con la bendición del Pontífice.

Toda la ceremonia se llevó a cabo entre imponentes medidas de seguridad.

Mientras tanto, una larga fila de fieles ya se formó frente a la entrada de la Basílica de Santa María Mayor, a donde el Papa se dirigirá para detenerse en oración ante el ícono mariano de la «Salus Populi Romani». Los fieles se someten primero a la vigilancia antes de pasar por los detectores de metales que se encuentran al lado de la entrada. La llegada del Pontífice está prevista para las 17.30. La Puerta Santa de la Basílica de Santa María Mayor será abierta el próximo primero de enero de 2016.

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