Francisco defiende la "tolerancia cero" ante los abusos en la Iglesia: “Son una monstruosidad”

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Entre los numerosos temas abordados por el Papa en la edición especial de la CNN, destacan la guerra en Ucrania, los abusos en la Iglesia y el Sínodo. La periodista Maria João Avillez intercala estos grandes temas con el característico humor del pontífice

Han sido numerosas las anticipaciones con vídeos y artículos que se han dado de la esperada conversación entre el Papa Francisco y la peridodista de CNN Portugal, Maria João Avillez. Realizada el jueves 11 de agosto, ha sido transmitida integralmente en la noche del 5 de septiembre.

Entre los numerosos temas abordados, destacan  los abusos en la Iglesia, la inclusión de la mujer en la Curia Romana, la sinodalidad, la guerra en Ucrania, el diálogo intergeneracional, las expectativas para la JMJ y las vacaciones del Pontífice. Un oleaje de temas primordiales y no tanto, que Francisco concluye con su clásico: “Recen por mí”.

Como era de esperarse, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ Lisboa 2023), que tendrá lugar en Portugal el año próximi, abre la entrevista: “Yo pienso ir. El Papa va a ir. O va Francisco o va Juan XXIV, pero va el Papa”. Con este tono humorístico Francisco manifiesta el interés de la Iglesia por los jóvenes que tuvo su máxima expresión con la “genialidad de san Juan Pablo II” en su convocatoria a estos encuentros mundiales.

Tras abordar el tema de su devoción mariana, cuyo germen nació en el seno de su familia devota a María Auxiliadora, su amor repentino por el "silencio de Fátima - “que me dejó mudo”- y sobre su manera de rezar que no ha cambiado sino profundizado, la cuestión los abusos en el seno de la Iglesia levantó la animosidad del Papa:

“Quiero ser muy claro con esto. El abuso de hombres y mujeres de Iglesia -abuso de autoridad, abuso de poder y abuso sexual- es una monstruosidad”. Agrega además que el abuso es una realidad trágica, realidad de todos los tiempos, que incluso tiene amplios porcentajes de incidencia en las familias, en el ámbito deportivo y educacional y que, en la Iglesia, no tienen que ver con el celibato, como algunos piensan, sino simplemente "la monstruosidad de un hombre o de una mujer de Iglesia, que está enfermo psicológicamente o es malvado, y usa su postura para su satisfacción personal. Es diabólico”.

Una cosa deja claro Francisco: “Tolerancia cero. ¡Cero! Un sacerdote no puede seguir siendo sacerdote si es abusador. No puede. Porque es un enfermo o un criminal, no sé. Pero finalmente es un enfermo, ¿no? Es una bajeza humana, ¿no? Y el sacerdote está para llevar a los hombres a Dios, y no para destruir a los hombres en nombre de Dios. Tolerancia cero”.

Sobre la inclusión de la mujer en diversos cargos curiales, la periodista portuguesa Avillez va directamente al grano, al preguntar cómo es vista la elección de tres mujeres en el Dicasterio para los Obispos.  Como lo ha dicho en varias ocasiones, el pontífice confirma que la "Iglesia es femenina. La Iglesia es mujer". Pero además indica que “en la administración normal de la Iglesia faltaban las mujeres”, y ya no se habla solo de secretarias, sino de cargos como el de la vicegobernadora del Vaticano. 

La capacidad administrativa, la “maternalidad de la mujer” en la toma de decisiones, en particular, en los conflictos o dificultades, es contada por el pontífice entre anécdotas y experiencias para luego constatar que “la mujer nunca abandona lo perdido” - como un hijo encarcelado - y es “capaz de llevar adelante esa cualidad de Dios que es la ternura”. Judit en el Antiguo Testamento y la Virgen María son las figuras femeninas que lo han inspirado.

De una pausa dedicada al humor, "una gracia" que caracteriza a Bergoglio, la conversación se traslada al proceso sinodal que actualmente vive la Iglesia. “A veces uno confunde que la sinodalidad es como un parlamento, donde cada uno dice lo que le parece. No, ser sínodo es otra cosa. Voy por el otro lado: no hay Sínodo sin la presencia del Espíritu Santo”, explica el pontífice y agrega que “en lo sinodal está la diversidad, en lo que cada uno va diciendo, pero es el Espíritu el que hace la armonía”.

Obviamente el tema de la guerra en Ucrania tenía que despuntar, especialmente ante los numerosos llamamientos del Papa a poner fin a ese conflicto diabólico. Sin embargo, a pesar de haber manifestado en varias ocasiones su voluntad de visitar Kiev o Moscú, Francisco señala que “está en el aire, no sé todavía” por su situación con la rodilla. “Estoy en diálogo con ellos”, asegura el Papa al referirse a los presidentes de Rusia y Ucrania. Y recuerda la visita de tres cardenales a Kiev en su nombre: “Mi presencia allí está fuerte”.

Un toque de frescura se acerca al final de la entrevista cuando el Santo Padre habla de sus vacaciones, “leyendo, escuchando música”. Le gusta mucho la ópera de Wagner: “Sí, lo pongo ahí y mientras trabajo, escucho”. Se levanta temprano, “como las gallinas”, celebra misa y empieza a trabajar: “a las nueve y a las diez apago la luz”. Pero, "mira la ventana".

La entrevista concluye con una palabra que ilumine y reconcilie el camino de la Iglesia: “Yo diría esto: mira la ventana. Mira la ventana. Y pregúntate: "¿Tu vida tiene una ventana abierta?". Si no la tiene, ábrela cuanto antes. No estar con las narices a la pared, de un problema, de lo que sea. Sabed que estamos caminando hacia el futuro, que hay un camino. Mira el camino. No te encierres en ti mismo. Siempre la ventana abierta. Pregunto: "¿Cuál es tu ventana? ¿Cuál es tu esperanza?" "Ay, no se me ocurre". Bueno, búscala y hazla, pero no puedes vivir sin esperanza, no puedes vivir sin ese “elã” [impulso] positivo de la esperanza. Si no, te “acaracolas” como un caracol sobre ti mismo, y eso es enfermizo. Abre la ventana, ese es el consejo que doy para prepararse a la Jornada de la Juventud: ¡Abran la ventana! ¡Miren más allá de la nariz, más allá! Miren, abran, guarden el horizonte. Y ensanchen el corazón”.

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