Francisco: aumenta la reacción no violenta a guerras y terrorismo

Francisco: aumenta la reacción no violenta a guerras y terrorismo

En la audiencia a los nuevos embajadores de Guinea, Letonia, India y Bahréin insistió en los llamados del mensaje para la Jornada Mundial de la Paz: ambiente, desempleo, migrantes y detenidos

IACOPO SCARAMUZZICIUDAD DEL VATICANO

La multiplicación de «conflictos violentos, tanto bélicos como terroristas», que ha caracterizado el año que está acabando, «está provocando cada vez más en las conciencias más maduras una reacción no violenta, sino espiritual y moral»: lo dijo Papa Frnacisco esta mañana en el discurso que pronunció esta mañana a los embajadores de Guinea, Letonia, India y Bahréin, que fueron recibidos en una audiencia por la presentación de sus cartas credenciales. 

Francisco volvió a proponer a los diplomáticos los contenidos de su mensaje para la próxima jornada mundial por la paz, el primero de enero, que fue publicado en el Vaticano hace pocos días, partiendo de la necesidad de «colaborar juntos para promover una cultura de la solidaridad que pueda contrarrestar la globalización de la indiferencia que es, desgraciadamente, una de las tendencias negativas de nuestra época». 

El año que está por concluir –afirmó Papa Francisco– «ha estado marcado desgraciadamente por un multiplicarse de conflictos violentos, tanto bélicos como terroristas». Pero «esta situación está provocando cada vez más en las conciencias más maduras una reacción no violenta, sino espiritual y moral. Es esta la que nosotros queremos y debemos alimentar con los medios a nuestra disposición y según nuestras responsabilidades». 

La Iglesia católica quiere «difundir en todo el mundo el espíritu de perdón y reconciliación» y lo está haciendo ahora en particular con el Jubileo de la Misericordia. En el mundo hay que «colaborar juntos para promover una cultura de la solidaridad que pueda contrarrestar la globalización de la indiferencia que es, desgraciadamente, una de las tendencias negativas de nuestra época». La causa principal de esta indiferencia que aumenta, dijo el Papa, es un «humanismo desequilibrado, en el que el hombre ha tomado el sitio de Dios y, por lo tanto, se ha vuelto, a su vez, víctima de varias formas de idolatría. Incluso la gravísima crisis ecológica que estamos pasando se puede relacionar con tal desequilibrio antropológico. La indiferencia hacia Dios, hacia el prójimo y hacia el medio ambiente están relacionadas entre sí y se alimentan recíprocamente; por lo tanto se pueden contrarrestar solamente con una respuesta que las afronte todas juntas, es decir un renovado humanismo, que vuelva a colocar al ser humano en su justa relación con el Creador, con los demás y con la Creación». 

Para el Papa, «un papel decisivo en este desafío lo desempeñan también los medios masivos de comunicación, que en nuestros días influyen de manera notable en las conductas personales y sociales». Además, «sigue siendo indispensable continuar invirtiendo en la escuela, no concebida solo de manera aislada sino en constante relación con las familias y con el contexto social, colaborando para reforzar una alianza educativa que en diferentes países se ha debilitado mucho». El Papa pidió a los estados «gestos concretos» hacia las personas más frágiles, como «los prisioneros, los migrantes, los desempleados y los enfermos». «En este Año jubilar, deseo formular un urgente llamado a los responsables de los estados para que hagan gestos concretos a favor de nuestros hermanos y hermanas que sufren por la falta de trabajo, tierra y techo». 

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