Como todos los 7 de agosto, miles de fieles a lo largo y ancho del país celebran el día de San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo.

En Mar del Plata, la tradicional fiesta litúrgica se inició con la concurrencia de muchos fieles en el santuario de Moreno 6776.

A la medianoche de este martes se iniciarán las actividades con la misa y los oficios religiosos continuarán a lo largo de día en diferentes horarios (habrá misas a las 6, 8, 10, 12, 16, 19 y 21), mientras que la peregrinación encabezada por el obispo monoseñor Gabriel Mestre está prevista para las 15.

La celebración por el día de San Cayetano es una de las más convocantes de la Iglesia Católica. El trasfondo social y económico detrás del deseo de tener garantizado un plato de comida y trabajo, se suma a la muestra de fe y agradecimiento de miles de fieles en todo el país. Los índices de desocupación en aumento también permiten inferir que la fila de creyentes no será menor este año.

A las 19 de este martes, fue la última misa de la novena de San Cayetano (rezo por una intención durante nueve días seguidos) y no fue hasta las 24 que se inició la vigilia para dar lugar a la jornada de celebraciones.

A su vez, como es habitual en esta fiesta litúrgica, decenas de puestos se comenzaron apostar en los últimos días en los alrededores de la parroquia, la plaza y diferentes puntos del barrio, para aportar el clásico paseo de color de todos los años.

Los vendedores ofrecerán diferentes artículos religiosos (imágenes de vírgenes y santos, rosarios, estampitas, estatuillas, entre otros), de decoración, de indumentarias, productos alimenticios, entre otros.

Al igual que muchos feligreses, los puesteros están abocados a los preparativos desde hace varias semanas. De hecho, desde hace algunos días que en la zona de Moreno al 6700 se comenzó a sentir el movimiento de la ida y venidas de tablones, estructuras y lonas.

Este martes a la mañana la feria comenzó a tomar forma y la cuadra en donde está ubicado el santuario ya se encontraba rodeada por puestos. La dinámica puesta en marcha es todos los años la misma: mientras los fieles hacen fila para ingresar a la iglesia y rezar al santo, pueden aprovechar la espera para comprar algún producto de fabricación local o enfrentar el frío con un cafecito que venedores ambulantes tendrán listo para ofrecer a precios cómodos para los bolsillos de quienes van a pedir mayores ingresos y estabilidad laboral en el seno de sus hogares. Aquellos artesanos o fabricantes locales menos beneficiados se apostarán en las inmediaciones de la plaza ubicada a cincuenta metros de la parroquia. Allí, de todas maneras, suele ser el punto de descanso de quienes acumulan varias horas de celebración litúrgica.

El movimiento se espera que sea constante a lo largo de todo el día, sobre todo porque la amplia variedad de horarios de misas se adecuan perfectamente a las actividades habituales de un día semanal cualquiera.