Los investigadores subrayan que la influencia islámica sigue siendo profunda en la cultura, el arte y la arquitectura, pero que su rastro genético se diluyó con los siglos.
Un nuevo estudio elaborado por la Universidad de Granada ha desmontado uno de los mitos más extendidos sobre la genética española: la supuesta herencia significativa del periodo islámico en la Península Ibérica. Según la investigación titulada “Sin Memorias de África”, publicada en la revista Nature, la presencia genética norteafricana en la población actual del sur de España es prácticamente residual.
La investigación, dirigida por el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, revela que las expulsiones de poblaciones norteafricanas tras la Reconquista, y la posterior repoblación con habitantes de otras regiones de la Península, eliminaron en gran medida cualquier huella genética de origen islámico.
Los análisis muestran que los habitantes de Granada, Málaga y Almería comparten hasta un 80% de su composición genética con poblaciones del norte de Europa, como Noruega, mientras que la similitud con el norte de África resulta “prácticamente inexistente”.
El estudio atribuye esta similitud al predominio del haplogrupo R1b, común en Europa occidental, presente en más del 50% de los españoles y que alcanza el 80% en regiones como el País Vasco y Cataluña. En cambio, el haplogrupo E3b2, característico del norte de África, apenas aparece en un 6% de la población española.
Los autores destacan además que la carga genética norteafricana en España no es superior a la que existe en otros países mediterráneos como Italia, Grecia o Portugal, donde no hubo dominación islámica. Esto sugiere que los intercambios genéticos entre ambas orillas del Mediterráneo fueron puntuales y anteriores a la Edad Media.
El estudio, basado en el análisis de haplogrupos del ADN mitocondrial y del cromosoma Y, aporta una nueva perspectiva a la historia genética de la Península. A pesar de los casi 800 años de presencia musulmana, su impacto biológico fue mucho menor de lo que se creía.
Los investigadores subrayan que la influencia islámica sigue siendo profunda en la cultura, el arte y la arquitectura, pero que su rastro genético se diluyó con los siglos. “El legado musulmán en España se percibe más en la herencia cultural que en el ADN”, resume Saiz Guinaldo.
De este modo, el estudio “Sin Memorias de África” redefine la relación entre historia y genética, y plantea que la identidad española, más que biológica, es el resultado de una larga convivencia de culturas, migraciones y mestizajes internos europeos, informó Valencia Noticias.
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