La nueva mezquita de Seròs, dispone de una sala de oración con capacidad para un centenar de fieles en la planta calle y de otra algo menos espaciosa en el primer piso. “Abajo rezamos los hombres, la de arriba es para las mujeres”, explica uno de los usuarios.
La nueva mezquita de Seròs, en la calle de la Costa, incluye la construcción del primer minarete que se levanta desde la edad media en lo que hoy es la demarcación de Lleida, un elemento arquitectónico que durante varios siglos había sido característico de los pueblos del Baix Segre y de la convivencia de culturas y religiones que allí se dio.
“Desde la edad media, cuando Seròs, Aitona y todo el Baix Segre era de población musulmana, no se levantaba un minarete”, ni allí ni en el resto de lo que hoy es la demarcación de Lleida, explica el arqueólogo Joan Ramon González, sobre la torre que corona la nueva mezquita de la primera de esas localidades.
Su construcción, a los pies de la colina sobre la que en el medievo se levantaba el castillo de Seròs y en lo alto de una zona del casco urbano que durante casi un milenio ha sido conocida como la morería, devuelve al paisaje de la zona un elemento arquitectónico que durante siglos había sido característico en ella. “Se vuelve a repetir la convivencia entre culturas y religiones, y esperemos que de nuevo sea para bien”, anota González.
La nueva mezquita de Seròs, que sustituye a la antigua de la calle Rosari, tiene su puerta principal, una obra de forja con una docena de columnas de estrellas mudéjares (de ocho puntas) en cada hoja, en la calle De la Costa, aunque dispone de otra en la calle del Castell. Dentro dispone de una sala de oración con capacidad para un centenar de fieles en la planta calle y de otra algo menos espaciosa en el primer piso. “Abajo rezamos los hombres, la de arriba es para las mujeres”, explica uno de los usuarios.
El minarete, de estructura cuadrada o estilo marroquí, está completamente terminado y tiene colocado el yamur, una esfera de color rojo de función decorativa y, según la tradición islámica, protectora para el templo.
El skyline desde la colina del castillo muestra el contraste entre el minarete de la parte alta del pueblo y la silueta de la iglesia de la Nativitat, un templo a caballo entre el barroco y el neoclásico inaugurado en octubre de 1792 y cuyo campanario se eleva a 40 metros de altura.
“El campanario y el minarete son dos elementos de identidad que destacan en el paisaje y que tienen una función común como es la de comunicar y convocar al rezo, uno mediante campanas y otro con el canto del muecín”, indica el arqueólogo.
Sin embargo, en este caso el minarete no va a poder ser utilizado para llamar a la oración a los fieles de la mezquita. “Ese uso está prohibido por la normativa de civismo. La normativa sobre emisiones de sonido no permite ni los cantos ni la instalación de altavoces”, señala el alcalde de Seròs, Josep Antoni Romia, informa Segre.
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