La sed de Dios de la tribu Giriama

La sed de Dios de la tribu Giriama

Las monjas combonianas abrieron una nueva misión en Adu, en Kenya, en contacto con la tribu local. Llevan el mensaje de Cristo a una comunidad tradicional

Por LUCIANO ZANARDINI

Un lugar en donde Cristo todavía es un desconocido. Un lugar en el que las tensiones religiosas todavía no se perciben. En Adu, a unos 65 km. de Malindi, las monjas combonianas abrieron una musión en la localidad que cuenta con alrededor de 13 habitantes de la tribu Giriama, un pueblo acogedor, respetuoso, pacífico, pero, al mismo tiempo, olvidado. Las religiosas viven en una zona “comercial” (dos pequeñas tiendas y algunas viviendas), mientras esperan la construcción de una Iglesia.

«Nuestras dos religiosas alquilan cuatro habitaciones entre la gente –explica sor Mariarosa Ungari, administradora de las Combonianas de la provincia de Kenya–; el obispo Emmanuel Barbara está comenzando la construcción de la casa de las monjas y después seguirá la casa de los misioneros de la Consolata y la Iglesia. Mientras tanto, las monjas crearon una capillita en una de sus habitaciones y en ella se encuentran para la celebración eucarística una vez a la semana. Seguramente es un comienzo duro (no hay agua corriente, no hay internet...), pero son jóvenes, se adaptan bien y están contentas». Ahí se puede vivir la falta de servicios esenciales, ahí se puede vivir la iniquidad del actual modelo de distribución de las riquezas, como diría el Papa Francisco.

Y así, las dos religiosas están descubriendo, poco a poco y con la ayuda de otras confesiones religiosas, una cultura nueva fuertemente arraigada en una agricultura de subsistencia que no deja espacio más que para el maíz, pues están convencidos «de poder sobrevivir solos. Sentimos la necesidad –indican las monjas combonianas– de una educación y de una sensibilización para ayudarlos a ampliar sus horizontes y mejorar sus vidas». Hay muchas dificultades estructurales, relacionadas con los recursos hídricos, pues hay un solo pozo en toda la zona; es, pues, difícil encontrar agua y muchos deben caminar unos 6 kilómetros para encontrarla o utilizan el agua en la que abrevan los animales...

 La tribu Giriama tiene muchos valores sociales y espirituales. «Son personas my acogedoras y pacíficas. Cuando se dan cuenta de haber ofendido a alguien o de no haber mantenido una promesa, se acercan y piden perdón. Estos son, seguramente, buenos elementos para la construcción de la paz y de la reconciliación». La presencia de la Iglesia es una novedad y está haciendo brecha en los corazones de los más jóvenes, mientras que los ancianos prefieren permanecer fieles «a sus prácticas tradicionales. Pero están contentos de ver que sus hijos se hacen cristianos». Los adultos no participan mucho, ni siquiera con las demás confesiones cristianas: Baptistas, Adventistas del Séptimo día, Luteranos, Asambleas pentecostales de Dios y AIC (African Inland Church). «Respiramos un clima positivo de encuentro y confrontación con las dema realidades, que nos invitan u nos ofrecen ideas sobre cómo poder hacer útil nuestra misión. Por lo que nos han dicho los otros fieles, hay muchas personas que no están arraigadas en una fe ni en una única Iglesia. Se debe también a leves incomprensiones, por lo que abandonan y se mueven fácilmente de una Iglesia a otra».

Las combonianas están llamadas ahora a la «formación cristiana de los adultos, de los jóvenes y de los niños, además de a la promoción de la condición femenina». El mensjae cristiano va más allá de la necesidad de acceder a los recursos: «Hay, efectivamente, sed de Dios y de su Palabra; a pesar de la falta de medios, desean y tratan de escuchar la Palabra de Dios y de pertenecer a la comunidad. Algunos, por ejemplo, han empezado a venir a adorar con nosotras y han pedido ser instruidos en la fe católica». 

San Daniel Comboni soñaba que los africanos pudieran escuchar el Evangelio y su mensaje; hoy, para comunicar la buena noticia a la gente de Adu, «nos dice que hagamos surgir los recursos espirituales y materiales que ya existen».

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