“La DAIA estuvo presente, como desde hace tres años, acompañando a un grupo de argentinos que está realizando su reclamo noble y justo que además tiene muchísimo paralelismo con la causa AMIA en cuanto al clamor y la motivación.”, enfatizó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) el vicepresidente de DAIA, Waldo Wolff. Para DAIA, estar presente en este tipo de actos significa forma parte de lo se “debe hacer”.

“En la vida no se hace ni lo que puede ni lo que quiere, sino lo que debe hacer. Y como argentinos judíos el reclamo de justicia es un valor que desde cualquier lugar es irrenunciable.”, puntualizó el vicepresidente de DAIA. 

La Plaza de Mayo volvió a ser el escenario de reclamo luego de la masiva “marcha del silencio” realizada el pasado miércoles 18 de febrero para pedir justicia y esclarecimiento por la dudosa muerte del fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman. En este clima, “caminar por esta plaza nuevamente es conmovedor.”, sentenció Wolff. 

“Ver el desamparo que siente la gente de las estructuras que deberían darnos respuestas. Esta es una acción motivada por un grupo de familiares a un gobierno que entendemos que debería estar presente en muchos más espacios de los que está”, explicó. Wolff acompañó a Paolo y María Luján, padres de Lucas Menghini Rey, uno de los 51 muertos que provocó el accidente. 

“Ellos son las caras visibles de esta manifestación. También nos han acompañado en el reclamo del memorándum y en la marcha del 18F. Paolo ha venido a nuestra casa y es un argentino con el que lamentablemente tenemos en común haber sido víctimas de un suceso con muchas muertes que todavía no tiene responsables.”, completó Wolff.

 El acto tuvo lugar ayer en Plaza de Mayo desde la 20 cuando se dio lectura de los nombres de los fallecidos, un documento de 20 páginas y la proyección de dos videos. Entre las personalidades que participaron del acto fue significativa la presencia del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. 

La tragedia de Once sucedió el 22 de febrero de 2012 cuando un tren de la línea Sarmiento se incrustó contra el paragolpes del andén 2 provocando la muerte de 51 personas y más de 700 heridos.