El cura rockero que camina las periferias, brindó recital en el atrio de la Iglesia

El Padre Santiago Arriola, junto a una banda compuesta por miembros de la parroquia Pío de Pietrelcina, brindó un recital a la salida de la misa dominical, donde fue acompañado por un nutrido grupo de fieles, amigos y vecinos del barrio.

La parroquia Pío de Pietrelcina, está ubicada en el extremo sur de la ciudad, y contiene dentro de su radio, alrededor de 16 capillas, ubicadas en su mayoría dentro de los barrios periféricos de Mar del Plata. 

Hablar de este lugar es hablar de su párroco, el Pbro. Pablo Etchepareborda, del Diácono Antonio y de miles de fieles que día tras día, semana tras semana, trabajan en el silencio, en la austeridad, en medio de las miserias más profundas de la realidad.

Son los mismos que iniciaron una campaña para los barrios que no poseen agua potable todavía, y caminan en medio del basural, entre los cientos que allí habitan. Son los que saben en qué lugar exacto, vive esa criatura que hace dos días no tiene leche. O qué remedios le fueron negados la señora que duerme en la calle, a dos cuadras de cualquier lugar. Son los mismos que, en silencio, se acercan al que está solo, en alguna casa precaria de las muchas que existen, y le tienden la mano. Son esos. 

Los que hablan de Dios, los que enseñan sus misterios, los que caminan hacia las periferias existenciales de los seres humanos, llevando un mensaje, que no siempre es bien recibido. Porque estas cosas no son noticia. Que un cura, después de misa, brinde un recital… 

¿A quién puede importarle?

“Lo que impacta en ellos, es que siempre tienen una sonrisa”, dice María, mientras se acomodan los cables, los micrófonos, la pantalla, en la puerta de la iglesia. “Impacta, porque uno los ve caminar cerca de tantas cosas que dan tristeza, sonriendo. Siempre con una palabra de aliento, de esperanza. Es como si no se cansaran. Y el Padre Santi, bueno, es imposible describirlo. Es así como lo ven”, agrega. 

Adriana, que se encuentra a unos pasos, afirma: “Siempre en las noticias salen las cosas negativas. El cura que pecó, el que se equivocó, el que hizo esto o aquello. Porque esas noticias son más leídas. En cambio estas cosas no se ven, o no se tienen en cuenta. Ese cura que vamos a ver cantar, canta en el medio de la miseria más absoluta. Lo que lleva con él, es un mensaje de esperanza. Pero a veces pareciera que eso no importara”.

Finalmente, el recital comienza. Sale el Padre Santi, como le dicen todos, acompañado por su banda, compuesta por Daniel, Santiago, y Fernanda. Mientras tanto, en una pantalla, se proyectan imágenes del Padre Pío, Santo Patrono de ese lugar. El sonido podría ser mejor. Pero son detalles sin importancia.

Entonan unas cuantas canciones de contenido religioso, mientras en el primer banco, sonrientes, los padres del Padre aplauden, orgullosos. Más atrás, el hermano acompaña. Y también los amigos que estudiaron con él en el colegio. Los vecinos, que se van acercando de a poco, toman su lugar junto a los fieles y cantan, aplauden y acompañan la banda. Desde lejos, la iglesia es un punto brillante en medio de la noche.

Posteriormente, invitan a una cantante perteneciente a la comunidad evangélica, Aldana, quién entona dos hermosas canciones junto a ellos. El amor empuja a tener hacia la fe de los demás el mismo respeto que se tiene por la propia. 

“Impresiona”, dice una señora sentada en la segunda fila. “Impresiona que en un país donde se fomenta el odio, la discordia, las enemistades, estemos recibiendo hoy un mensaje tan claro como este: respeto por el otro”. Y agrega: “Observe usted, que están unidos por las coincidencias y no separados por las diferencias. En definitiva, es lo que enseña el Papa Francisco”.

La noche sigue y se derrama lentamente rumbo al final. De a poco, la gente se va levantando de sus asientos, el Padre Santi baja del escenario y saluda a su gente. Todos se van yendo. Nosotros también.

Antes de doblar la esquina y perder de vista la parroquia, volvemos la vista atrás. 

Y si...desde lejos, la iglesia es un punto brillante en medio de la oscuridad.

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