Los cristianos de todo el mundo celebraron la Pascua el domingo confinados en sus residencias debido a la pandemia del coronavirus, mientras los pastores predicaban la alegre noticia de la resurrección de Cristo frente a bancas vacías.
Una gran cantidad de fieles acudió a una iglesia de Florida para escuchar desde sus autos un servicio religioso oficiado en el estacionamiento.
Lo extraño de esta Pascua fue evidente el Vaticano. La Plaza de San Pedro, donde habitualmente se reunirían decenas de miles de fieles para escuchar al papa Francisco, lucía vacía y rodeada de barricadas policiales. El pontífice ofició la misa de Pascua dentro de la basílica prácticamente desierta.
En su homilía, el papa pidió solidaridad global para confrontar el “desafío épico” de la pandemia, y exhortó a los líderes políticos a brindar esperanza y oportunidades a los millones de personas que han perdido su empleo.
En todo el mundo, las familias que normalmente asistirían elegantemente vestidas a la iglesia en Pascua y posteriormente se reunirían para comer pasaron el domingo confinadas en casa. Los retenes policiales en Europa y frente a las iglesias cerradas en otras partes dejaron a los fieles con pocas opciones de culto salvo ver los servicios religiosos por televisión o internet.
En Estados Unidos, algunos pastores hicieron caso omiso de las prohibiciones locales o estatales a las concentraciones y oficiaron sus ceremonias de forma habitual.
En la iglesia Happy Gospel Church de Bradenton, Florida, unos 100 vehículos con unas 250 personas se reunieron en el estacionamiento para escuchar el sermón de Pascua del pastor Bill Bailey. Algunos se sentaron en sillas de jardín o en portones, pero las familias guardaron distancia de al menos dos metros (seis pies) entre ellas. Dentro de los autos, algunos hicieron sonaron ocasionalmente sus bocinas en señal de aprobación a las palabras de Bailey.
En Luisiana, un pastor que enfrenta cargos menores por oficiar servicios religiosos a pesar de las medidas de distanciamiento social, dijo que personas de todo el estado y de casi todos los continentes asistieron a su servicio de Pascua.
“Mi esperanza no está en una vacuna para el virus, sino que está totalmente en Jesús”, dijo el reverendo Tony Spell durante su ceremonia en la iglesia Life Tabernacle Church en la ciudad de Central.
El presidente Donald Trump dijo que planeaba ver un servicio por internet encabezado por el reverendo Robert Jeffress del templo First Baptist Dallas, de la Iglesia Bautista del Sur, aunque la Casa Blanca no confirmó si lo hizo.
En su propio mensaje de Pascua, Trump y su esposa Melania rindieron homenaje a los profesionales médicos, equipos de emergencia y otros trabajadores esenciales que combaten la pandemia.
El pasado 24 de marzo, durante un foro virtual de Fox News, Trump había insinuado la posibilidad de que Estados Unidos comenzara a dejar los estrictos cierres este fin de semana.
“Me encantaría que el país se reactivara para Pascua”, dijo.
“¿No sería grandioso tener llenas todas las iglesias?”, preguntó en una entrevista posterior. “Las iglesias estarían llenas en todo nuestro país”.
En lugar de ello, la mayoría de los templos estuvieron vacíos, incluyendo la catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York, el epicentro del brote en Estados Unidos.
En Europa, los países se valieron de barricadas, multas y otras tácticas para evitar que las personas se desplazaran durante el fin de semana de Pascua para aprovechar el hermoso clima primaveral.
El gobierno italiano dijo que en los patrullajes policiacos del fin de semana fueron sancionadas más de 12.500 personas, 150 de las cuales enfrentan cargos penales por supuestas violaciones a las medidas de confinamiento.
En un giro esperanzador, las autoridades informaron que Italia registró la menor cantidad de nuevos casos en tres semanas, aunque en las últimas 24 horas murieron 431 personas, con lo que el total se elevó a 19.899 decesos. Fue el menor saldo diario desde el 19 de marzo.
El sur de Europa y Estados Unidos, cuyo número de muertos es el mayor del mundo con 20.600, han sido los focos recientes de la pandemia. Pero los puntos más álgidos del coronavirus han estado cambiando, y las preocupaciones crecen en Japón, Turquía y Gran Bretaña, que ya acumula más de 10.000 decesos.
Algunas naciones europeas iniciaron medidas tentativas para aliviar sus cierres. España, que el domingo reportó su menor crecimiento diario de infecciones en tres semanas, permitirá que empleados en sectores no esenciales vuelvan a las fábricas y obras de construcción a partir del lunes.
Para la mayoría de las personas, el coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre o tos. Pero en otros, especialmente ancianos y personas con padecimientos previos, puede provocar cuadros más severos, que a la larga se vuelvan fatales.
Se han reportado más de 1,79 millones de infecciones y 110.000 personas han muerto en todo el mundo por el coronavirus, según la Universidad Johns Hopkins. Estados Unidos tiene las cifras más elevadas, con más de 530.000 casos confirmados. Las cifras no reflejan fielmente el verdadero tamaño de la pandemia debido a las limitaciones para realizar pruebas.
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