«Los cristianos de salón, negociantes y rigoristas alejan de Dios»

«Los cristianos de salón, negociantes y rigoristas alejan de Dios»

El Papa en Santa Marta: son «indiferentes, egoístas» e «hipócritas»; no escuchan «el grito de quienes necesitan a Jesús». Pero hay también cristianos «coherentes», que ayudan a acercarse al Señor

Los fieles se pueden dividir en tres grupos: indiferentes, hipócritas y coherentes. Palabra de Papa Francisco. El Pontífice, durante la homilía de la Misa de esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, según indicó la Radio Vaticana, explicó que hay creyentes que alejan a las personas de Cristo, pero también existen los que escuchan verdaderamente el grito de los que necesitan a Dios.

Francisco reflexionó sobre el episodio del ciego Bartimeo, que grita hacia Jesús para ser curado pero los discípulos lo regañan y le dicen que se calle. 

Según el Pontífice, hay cristianos que piensan solo en su relación con Dios, una relación «cerrada, egoísta», y no sienten la desesperación del prójimo. «Ese grupo de gente, también hoy, no escucha el grito de todos los que necesitan a Jesús. Un grupo de indiferentes: no escuchan, creen que la vida es su grupito ese; están contentos; son sordos al clamor de mucha gente que necesita la salvación, que necesita la ayuda de Jesús, que necesita a la Iglesia. Esta gente es gente egoísta, vive para sí misma. Es incapaz de escuchar la voz de Jesús». 

«Y luego –continuó Bergoglio–, están los que escuchan este grito que pide ayuda, pero quieren hacerlo callar». Como cuando los discípulos alejan a los niños, «para que no incomodaran al Maestro: el Maestro era de ellos, era para ellos, no era para todos. Esta gente aleja de Jesús a los que gritan, a los que necesitan la fe, a los que necesitan la salvación». Entre estos, el Papa incluyó a los «nogociantes, que están cerca de Jesús», están en el templo, parecen «religiosos», pero «Jesús los expulsa, porque hacían negocio ahí, en la casa de Dios»: Son las personas «que no quieren escuchar el grito de ayuda, sino prefieren ocuparse de sus negocios y usan al pueblo de Dios, usan a la Iglesia, para hacer los propios negocios. Estos negociantes alejan a la gente de Jesús». Este grupo «contiene» a los cristianos «que no dan testimonio: son cristianos de nombre, cristianos de salón, cristianos de recepciones, pero su vida interior no es cristiana, es mundana. Uno que se dice cristiano y vive como un mundano aleja a los que gritan ayuda a Jesús. Y luegoestán los rigoristas, esos a los que Jesús regaña, que cargan demasiados pesos sobre la espalda de la gente. Jesús les dedica a ellos todo el capítulo 23 de San Mateo: “Hipócritas –les dice–, explotan a la gente”. Y, en lugar de responder al grito que pide salvación, alejan a la gente». 

Pero hay también un tercer grupo de cristianos: «Los que ayudan a acercarse a Jesús». «Está el grupo de los cristianos que tienen coherencia entre lo que creen y lo que viven –afirmó el Papa–, y ayudan a acercarse a Jesús, a la gente que grita, pidiendo salvación, pidiendo la gracia, pidiendo la salud espiritual para sus almas». 

El concluir, Francisco aconsejó: «Nos hará bien hacer un examen de consciencia para comprender si somos cristianos que alejan a la gente de Jesús o que la acercan porque escuchamos el grito de muchos que piden ayuda para la propia salvación».

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