Córdoba: Mons. Buenanueva llamó a "ir a fondo" con la misión

Córdoba: Mons. Buenanueva llamó a

El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió una reflexión sobre el Evangelio del domingo, titulada "Ir a fondo".

El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió sus reflexiones sobre el Evangelio en la edición del 26 de junio del periódico "La Voz de San Justo".

“Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén", citó el prelado.

Al respecto, expresó: "La hostilidad acompaña a Jesús desde el principio. Ahora, cuando inicia la etapa final de su misión, el rechazo de los samaritanos es un indicio: la contestación se hará más intensa y también la incomprensión de sus propios discípulos".

Y observando su reacción, precisó: "Acelera el paso y va a fondo. No es el endurecimiento del caprichoso, sino la decisión libre -y a conciencia- de entregar la vida para cumplir su misión. Lo dirá a las puertas de Jerusalén, en la casa de Zaqueo: '… el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido'".

"La meta es Jerusalén: allí convergerán el rechazo de sus oponentes, la incomprensión de sus amigos y el amor hasta la entrega total de sí mismo. Este, sin embargo, prevalecerá sobre aquellos".

"Por este camino – exigente y también fascinante- conduce a sus discípulos. Es mucho más que la noble atracción de una idea o de una causa justa: es la irrupción sorprendente del Absoluto que anhela el corazón humano. Y que tiene rostro y nombre: Jesús", afirmó. "El orante de la Biblia, siglos antes, lo había experimentado así: 'Señor, Tú eres mi bien'".

Finalmente, rezó: “Señor Jesús: contemplamos tu decisión de ir a fondo con la misión que te quema por dentro. Sí: nos asusta. Sentimos atracción y vértigo: como quien se asoma a un abismo. Intuimos, sin embargo, que, en dejarnos llevar a ese abismo, está nuestra vida. Danos tu Espíritu. Que Él nos convenza. Amén".+

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