Córdoba: La Basílica del Sagrado Corazón celebra sus fiestas patronales

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El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, reflexionó sobre el Evangelio de la multiplicación de los panes.

Con el título "Doce canastas", el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió con los fieles una reflexión sobre el Evangelio.

“Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud", citó el prelado para luego precisar: "Cuatro acciones simples, cotidianas, esenciales. Cuatro acciones que, domingo tras domingo, año tras año, los cristianos venimos repitiendo desde el principio. Con ellas hacemos la Eucaristía. Ellas definen también nuestra vida".

«Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados», repitió. "Los discípulos se han dado cuenta. Son sinceros. Es poco. No alcanza. Pero está Jesús. Están sus manos. Eso hace la diferencia. En cada Eucaristía llevamos pan y vino; con ellos va también nuestra vida. Los tomamos, los llevamos al altar y se los ofrecemos a Él".

«Levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición», continuó. "Ese gesto define a Jesús (y debería hacerlo también con nosotros). Él está así en la vida: siempre de cara al Padre, vuelto hacia Él y siendo Él mismo una bendición de alabanza", afirmó.

«Los partió», enumeró en tercer lugar. "El pan bendito no puede quedar así: tiene que ser repartido, porque la bendición es para todos. En la última cena, Jesús dirá, acompañando ese mismo gesto: esto es mi Cuerpo que se entrega por ustedes".

«Los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud», completó. "De sus manos a las nuestras y, a través de ellas, a la multitud. Así es la Eucaristía. Y así es la vida cristiana cuando es vivida a pleno, como lo hizo Jesús y, tras Él, tantos y tantas. Brochero, por ejemplo. Y hasta el final", sostuvo.

Finalmente, rezó: “Señor Jesús, volvemos a llevarte nuestro pan. Es poco, pero Vos sabés multiplicar. «Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas». Gracias. Amén".+

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