Continúan los enfrentamientos armados en Sudán, ataque a una iglesia cristiana

Continúan los enfrentamientos armados en Sudán, ataque a una iglesia cristiana

El conflicto entre el ejército y los paramilitares no da señales de cesar. Emergencia humanitaria para la población civil, mientras tanto las ciudades en manos de bandas armadas

Por Diego Laudato

Los combates continúan en Sudán, cuatro semanas después del inicio de las hostilidades. Se han anunciado hasta siete alto el fuego, pero ninguno de ellos ha entrado realmente en vigor. El ejército regular sigue luchando contra las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en las calles de la capital, Jartum. Sin embargo, no hay tregua ni siquiera en las ciudades vecinas, y el conflicto se ha extendido incluso, aunque a menor escala, al territorio vecino de Darfur.

Asaltos a una iglesia cristiana

Mientras tanto, bandas de hombres armados aprovechan los enfrentamientos para saquear lugares y a las familias más acomodadas del país. En la noche del sábado al domingo pasados, en Omdurman, unos asaltantes irrumpieron en la iglesia de Mar Girgis, San Jorge, sede de la comunidad copta ortodoxa local. Algunos habitantes de la ciudad, especialmente apegados a la iglesia, tomaron las armas para enfrentarse a los bandidos, lo que dio lugar a un nuevo tiroteo en la región. El balance al final de la emboscada registró cinco heridos, entre ellos un sacerdote, así como un considerable robo de dinero y objetos de valor del interior del edificio. Los portavoces de ambas partes se echan las culpas, pero ahora está claro que la situación se les ha ido de las manos con la presencia en la zona de brigadas armadas ajenas a la guerra.

La población civil huye

Es evidente que la población civil está pagando el precio más alto de la situación. Las estimaciones hablan de al menos 750 muertos desde el comienzo del conflicto. El número de heridos es mucho mayor y hasta la fecha asciende a casi 8.000. El número de refugiados, por otra parte, es exponencial: las cifras hablan ya de casi un millón de desplazados, de los cuales cerca de la mitad son menores. Esta enorme masa de personas se refugia actualmente en los países más cercanos a Sudán, pero no cabe duda de que un pequeño porcentaje intentará seguir rutas más largas, con muchas posibilidades de llegar también a las costas europeas.

Servicios sanitarios en peligro

La semana pasada se llegó a un acuerdo entre las partes que garantizaría la protección de la población civil, mediante la creación de corredores humanitarios y el respeto de las infraestructuras civiles. Entre estas últimas se encuentran los hospitales, que están consiguiendo prestar servicios sanitarios a pesar de las graves dificultades. A los problemas derivados del funcionamiento durante el conflicto en curso, hay que añadir el espinoso asunto de los robos que las bandas armadas locales están llevando a cabo para acaparar medicamentos e instrumental quirúrgico. Como consecuencia, los médicos sudaneses y los voluntarios de las asociaciones humanitarias presentes en el lugar se quedan a menudo sin el material necesario para operar. La esperanza, por tanto, es que la labor de mediación entre las partes continúe sin cesar para garantizar el primer alto el fuego real desde el comienzo de la guerra. Por el momento, sin embargo, no parece que haya una solución viable en un futuro inmediato.

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