La vida de la Sierva de Dios Clarita Segura es un modelo de joven mujer adolescente que estuvo cerca de Jesús con normalidad, alegría y valentía, viviendo el Evangelio de manera concreta y atrayente.
Por Mercedes De La Torre
El postulador de la causa de canonización, Juan Reinoso, explicó a ACI Prensa que “Clarita puede ser hoy un modelo de joven mujer, de adolescente mayor, que vivió unida a Jesús con frescura, normalidad, alegría y valentía”.
“Sin dejar de ser lo que ella era, ni de tener la edad que tenía, logró vivir el Evangelio de manera concreta, real y atrayente, animándonos a nosotros a hacer lo mismo, sea cual sea el lugar en el que el Señor nos haya llamado a desplegar nuestros talentos”, afirmó Reinoso.
En esta línea, el postulador de la causa de canonización de Clarita Segura destacó a ACI Prensa cuatro ideas clave de la vida de esta Sierva de Dios.
1. Una auténtica líder cristiana adolescente
“Ella nunca ocultó su fe y los valores del Evangelio frente a sus compañeras y amigos. No tuvo miedo de hablar, proponer e incluso afrontar las tensiones propias de los conflictos adolescentes frente a las diferencias entre las propuestas del mundo y el camino propuesto por Jesús”.
En esta línea, Clarita Segura “invitaba abiertamente a sus compañeros y amigos a vivir de acuerdo con estos valores y era escuchada por su coherencia y firmeza”.
2. Una joven mujer coherente entre lo que creía –los valores del Evangelio- y lo que vivía
“Esta es la clave de su liderazgo, ya que quienes la conocían sabían que vivía lo que proponía. Esta coherencia le hacía ganar el respeto de sus amigos y de los no tan cercanos”.
3. Tenía una profunda vida de oración y la encarnaba en su cotidianeidad, con especial amor a Jesús Eucaristía y a la Virgen María
“Más allá de la Misa dominical, buscaba la celebración de la Eucaristía durante la semana y en visitas a Jesús presente en el Sagrario”.
Además, Clarita también tenía un gran amor por la Virgen María, “a quien trata como una madre y a la que le gusta visitar en sus peregrinaciones a pie a Luján (70 km) y a San Nicolás (200 km)”.
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