La conexión entre el Opus Dei y los ángeles custodios

La conexión entre el Opus Dei y los ángeles custodios

El 2 de octubre de 1928, san Josemaría «vio» un nuevo camino de espiritualidad en la Iglesia católica

 

Josemaría Escrivá de Balaguer era un joven sacerdote de 26 años cuando Dios le hizo ver el Opus Dei.

 

El nacimiento de la Obra (Opus Dei) tuvo lugar en Madrid (España) en 1928, mientras Escrivá estaba haciendo sus ejercicios espirituales.

Había ido a la Residencia de los misioneros de san Vicente de Paul y allí iba a retirarse entre los días 30 de septiembre y 6 de octubre.

Un recuerdo muy preciso

El mismo san Josemaría narró el suceso en algunas ocasiones y en él se ve el vínculo con los ángeles custodios, ya que la Iglesia celebra su fiesta el día 2 de octubre. En una meditación del 14 de noviembre de 1964 lo recordó así:

«(…) Y llegó el 2 de octubre de 1928. Yo hacía unos días de retiro, porque había que hacerlos, y fue entonces cuando vino al mundo el Opus Dei. Aún resuenan en mis oídos las campanas de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, festejando a su Patrona.»

«Me arrodillé»

En sus apuntes íntimos, Escrivá dio algunos detalles de cómo habían sido esos momentos. Había celebrado la misa y se encontraba recogido en su habitación, rezando y meditando notas que había ido recogiendo en los diez años anteriores:

«Recibí la iluminación sobre toda la Obra, mientras leía aquellos papeles. Conmovido me arrodillé ‑estaba solo en mi cuarto, entre plática y plática‑ di gracias al Señor, y recuerdo con emoción el to­car de las campanas de la parroquia de N. Sra. de los Ángeles. (… ) re­copilé con alguna unidad las notas sueltas, que hasta entonces venía tomando. (…) Desde aquel día el borrico sarnoso se dio cuenta de la hermosa y pesada carga que el Señor, en su bondad inexplicable, ha­bía puesto sobre sus espaldas. Ese día el Señor fundó su Obra.»

Devoción a los ángeles

La espiritualidad del Opus Dei promueve entre los laicos la búsqueda de la santidad (algo que los primeros cristianos ya hacían, pero había quedado desdibujado en la historia de la Iglesia).

En ese camino está presente la devoción a los ángeles custodios. San Josemaría invita a tener trato frecuente con ellos, a confiar en su ayuda en todo tipo de situaciones: al rezar, en el trato apostólico con otras personas, al asistir a misa, al desempeñar el trabajo, al cuidar a otras personas…

En el punto 562 del libro Camino, san Josemaría escribe:

«Ten confianza con tu Ángel Custodio. —Trátalo como un entrañable amigo —lo es— y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día.»

Como curiosidad, una de las campanas de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Madrid se encuentra hoy en el santuario de Torreciudad (que también está dedicado a esta advocación mariana).

 

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