Conejero reclamó a los funcionarios “mentir menos y evitar la corrupción”

Conejero reclamó a los funcionarios “mentir menos y evitar la corrupción”

Lanzó un claro pedido al sector, a propósito del escenario electoral y utilizó claros mensajes con duros adjetivos. “Deberíamos erradicar de lo más profundo del corazón la soberbia, la arrogancia, la altanería y la prepotencia”, recomendó.

En el editorial mensual en el periódico Peregrinamos, el obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, consideró que la poda que caracteriza este tiempo “debe alcanzar los ámbitos de la vida social, política y económica: menos mentiras y promesas engañosas, erradicando la corrupción y el afán de lucro desmedido e injusto”. Y agregó: “Debería abarcar al medio ambiente y al cuidado de la creación, tal como nos aconseja el papa Francisco en su encíclica Laudato si’”. Recordó que Jesús habla de la poda en la alegoría de “La vid y los sarmientos” y propone una poda para que “podamos” dar más y mejores frutos todavía, por lo que preguntó: “En este tiempo de poda, ¿qué deberíamos cortar en nuestra vida, personal y comunitaria; qué deberíamos ‘podarnos’ para dar fruto abundante y duradero?” “Deberíamos comenzar por erradicar de lo más profundo del corazón la soberbia, la arrogancia, la altanería y la prepotencia que llevan al dominio de los demás, sin respetar sus derechos; en definitiva, revestirse de humildad, madre de todas las virtudes”, estimó. Conejero Gallego aseguró que “la poda debe alcanzar los ámbitos de la vida social, política y económica: menos mentiras y promesas engañosas, erradicando la corrupción y el afán de lucro desmedido e injusto”. Consideró, asimismo, que esa poda “debería abarcar al medio ambiente y al cuidado de la creación, tal como nos aconseja el papa Francisco en su encíclica Laudato si’, y cuyo mensaje no es sólo para que nos concienticemos de las situaciones negativas y las actitudes humanas que las provocan, sino para que cambiemos el rumbo de nuestra manera de vivir, y nos empeñemos en obrar conformes al designio de Dios”. “Nuestro Padre Dios quiere que todos, formando una sola familia humana, vivamos con justicia, igualdad, libertad, fraternidad y alegría, como corresponde a la dignidad de ser sus hijos y hermanos de todos los hombres”, sostuvo.

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