La comunidad judía polaca crece a la sombra de su historia

La comunidad judía polaca crece a la sombra de su historia

 La comunidad judía de Polonia se enfrenta a una lucha diferente con la asimilación o la aculturación a diferencia de otros miembros de la Diáspora. Según el rabino Yona Daniel Simons, ex Rosh Kollel del país, que fue emisario en Varsovia por tres años, el pasado comunista ha tenido el mismo profundo efecto en el rearme de la cultura comunal judía allí que el Holocausto.

“Tenía un estudiante de Kollel que había crecido en una comunidad judía pequeña donde el único grupo judío local era uno de literatura. Esa era la comunidad. Su membrecía llevaba un mensaje político. Para la mayoría de los otros grupos los judíos no se unían”, dijo al diario israelí "Arutz Sheva". Cuando se mantenían eventos comunitarios judíos, el veía a padres, hijos y a veces abuelos unirse, pero agregó que esas ocasiones fueron escasas. Cuando pasaba, él notaba una desconexión que podría ser llamativa para algunos judíos no afiliados en lugares como Estados Unidos.

“No hay muchas familias con nietos y abuelos judíos. Casi no se escucha de ello. He visto gente de distintas generaciones pero siempre una o la otra no estaba interesada en estar allí”, resaltó. “Les decía que sería bueno que inviten a sus hijos o nietos. Pero ellos respondían que éstos no eran judíos”, agregó. El Rabino Simons se refiere a la profecía de la asimilación entre los judíos polacos. 

A pesar de esto, él y su comunidad tuvieron un éxito de membrecía el último año en Varsovia. Las cicatrices del comunismo pueden estar presentes, pero los tiempos están cambiando. “Hay cosas individualistas pero hay un lado positivo en eso. Alguien podría decidir por sí mismo asistir a una clase o evento”, dijo, pero agregó que “el judaísmo sin una familia es estéril”.  

Hay un segmento reconocible de polacos que entran a la comunidad judía a través de la conversión, o al menos intentan hacerlo. El Rabino Simons dijo que en sus primeros dos años en el trabajo solo vio “a dos o tres candidatos”. Sin embargo resaltó que ese número había aumentado dramáticamente el tercer año debido a algo que puede haber sido familiar para los judíos americanos – la caída del Rabino Leib Tropper en Monsey, quien estaba intentando “tener el monopolio de la conversión”.

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