«Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer«.

Mateo 16, 18

El Papa… imagina por un segundo estar en su lugar.Tiene 85 años y cientos de responsabilidades sobre sus hombros. Es la cabeza visible de la Iglesia. Su misión no es sencilla. No importa si está cansado o enfermo, hay que motivar a millones de creyentes a seguir los pasos de Cristo en la santidad, la vida de oración, la fe.

Ser Papa no es nada fácil. ¿Sabías que en el Vaticano, la sacristía de la Capilla Sixtina tiene un nombre muy emotivo?

«Es denominada la sala las lágrimas, porque es muy fácil que el nuevo Papa rompa en llanto por la emoción y el peso de la responsabilidad del papel que, de en ese momento en adelante, cae sobre sus hombros».

Una gran responsabilidad

Nuestro Papa seguramente vive preocupado por todo lo que acontece en el mundo. Trata de encontrar puentes para el diálogo ante el peligro de una guerra nuclear. Le golpean la falta de fe de los creyentes, los graves pecados en la Iglesia, los sufrimientos, la pandemia y mucho más…

Necesita confiar en sus asesores y las noticias que le llevan, para tomar decisiones.

Todos recordamos lo ocurrido en Chile en el 2018 cuando fue mal informado o le ocultaron información sensible en un caso de encubrimiento de abusos sexuales.

Al final el papa Francisco reconoció haber cometido «graves equivocaciones de valoración» y terminó pidiendo perdón a los chilenos.

Con todo, el Santo Padre sabe cosas que no imaginamos. Ese mismo año alertó sobre la injerencia del demonio en la Iglesia. Y urgió a los fieles a que rezaran a san Miguel Arcángel y a la Santa Madre de Dios para que pusiera a la Iglesia bajo su manto protector, y la defendiera «de los ataques del maligno, el gran acusador, y hacerla, al mismo tiempo, cada vez más consciente de las culpas, de los errores y de los abusos cometidos en el presente y en el pasado».

Fortaleza en medio de las dificultades

Hay que reconocer que el Papa demuestra una gran fortaleza en su debilidad física. ¿Sabes cuántos viajes ha realizado? Saluda a cuantos puede, para agradecer, brindar consuelo, orientar, pedir a Dios por esas personas. Sonríe siempre con naturalidad, es espontáneo, aunque le moleste su rodilla.

¿Has notado esto? No importa lo que haga, siempre habrá algunos que lo critiquen o tergiversen sus palabras.

A veces olvidamos estas palabras de santa Biblia dirigidas por Jesús a san Pedro y a la sucesión de Papas por venir:

«Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo».

Mateo 16, 19Unidos al Papa

¿Hay dificultades en la Iglesia? Es innegable. Algunos piden al papa Franciscoque remedie todo lo que pasa. ¿Y nosotros? 

Como creyentes podemos y debemos colaborar con el Papa, ayudarlo con nuestras oraciones, palabras y actuaciones.

Nosotros, en Aleteia, como millones de católicos alrededor del mundo, estamos con el papa Francisco. Es el Vicario de Cristo.

Debemos rezar por él en lugar de señalarlo. Nos conviene pues sus decisiones de alguna manera nos tocan a todos.

En lugar de criticar, hoy reza con fervor y pide a Dios por el papa Francisco, que el Espíritu Santo le ilumine para que guíe con sabiduría la Iglesia.

Mientras algunos católicos atacan al Papa, un  youtuber protestante, Cameron Bertuzzi, acaba de convertirse al catolicismo.

Luego de muchas reflexiones, tras un periodo de estudio profundo del cristianismo, llegó a concluir que «el papado es verdadero».

Hace poco leí que en el mundo hay más de mil millones de católicos. Imagina esa cantidad de creyentes rezando a diario por nuestro buen papa Francisco, la unidad de la Iglesia, los sacerdotes, la Iglesia, la conversión de los pecadores y las benditas almas del Purgatorio. El mundo y nuestra Iglesia serían totalmente diferentes.

¿Te animas a rezar hoy por nuestra buen papa Francisco? Necesita de nosotros, nuestro cariño, oraciones y voces de aliento.

Amable lector…. ¡Gracias por tu fidelidad a la Iglesia!

¡Dios te bendiga!