Además, describió al trabajo de Nisman como “incansable”, en referencia a que pocos días antes de su muerte presentó la denuncia de 300 páginas en la que acusaba a la Presidenta y al canciller Héctor Timerman de “conspirar para encubrir a los ex funcionarios iraníes acusados de participar en el ataque” a la AMIA.
El director ejecutivo del Comité Judío Americano (AJC, por sus siglas en inglés), David Harris, y la directora del Instituto de Asuntos Latinoamericanos de la entidad, Dina Siegel Vann, afirmaron hoy que la muerte del fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, genera “preguntas y sospechas”.
“Para aquellos que han buscado justicia por más de dos décadas para las 85 personas que perdieron sus vidas y para los 300 heridos del atentado a la AMIA en Buenos Aires en 1994, el fallecimiento de Nisman hace que esa búsqueda sea aún más difícil”, expresaron en una nota de opinión publicada por el portal de noticias judías “Iton Gadol”. Para el AJC, el fiscal fue “la víctima número 86” del ataque a la AMIA. “Muchos sospecharon que Irán y su aliado Hezbollah se encontraban detrás del ataque, pero no fue hasta que Nisman lideró la investigación que finalmente hubo progreso. Antes, años de torpeza, demoras y pasos errados caracterizaron a la investigación oficial”, consideraron los dirigentes. “Sus investigaciones también probaron sospechas sobre la complicidad argentina en el ataque terrorista y en los intentos por obstruir su investigación. Se opuso contra un acuerdo bizarro entre Argentina e Irán en 2013, el cual establecía en conjunto una ‘comisión de la verdad’ que investigaría el caso AMIA. Muchos críticos acordaron con él y objetaron con que era una trama transparente para desviar la investigación criminal – hubiese implicado la retirada de las ‘alertas rojas’ contra los iraníes – y Nisman apeló exitosamente a una corte federal argentina para declarar inconstitucional el acuerdo de la comisión de la verdad”, continuó. Además, describió al trabajo de Nisman como “incansable”, en referencia a que pocos días antes de su muerte presentó la denuncia de 300 páginas en la que acusaba a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al canciller Héctor Timerman de “conspirar para encubrir a los ex funcionarios iraníes acusados de participar en el ataque mortal”. “Su resolución de acero para responder a los interrogantes del atentado de la AMIA llevó a amenazas de muertes por años. Sin embargo, él no mostró signos de temor y expresó determinación para luchar hasta el final. El tiempo y circunstancias de su muerte elevan muchas preguntas, las cuales deben ser investigadas completa y transparentemente. Nisman fue encontrado muerto de una herida de bala en su departamento horas antes de que se reuniese con parlamentarios argentinos para presentar evidencia que había recolectado contra la presidenta y el canciller.” “La lucha por la justicia por las víctimas de la AMIA no puede morir con él”, concluyó.
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