Desde las antiguas cofradías de España hasta rituales únicos en otros rincones del planeta, como el viacrucis submarino, la semana más importante para los cristianos se celebra de formas sorprendentes y diversas, fusionando lo religioso con lo cultural.
Mientras que la mayoría de los católicos filipinos celebra la Semana Santa con procesiones y visitas a iglesias, en algunas aldeas como San Pedro Cutud, en Pampanga, la devoción toma formas extremas. Allí se recrea la Pasión de Cristo con flagelantes que se azotan con látigos y penitentes que son crucificados por 10 minutos, como acto de fe o agradecimiento por milagros. Rubén Enaje, de 63 años, es conocido por haber sido crucificado más de 30 veces.
En España y varios países de Hispanoamérica, el Domingo de Resurrección se celebra con una tradición peculiar: la quema de una marioneta que representa a Judas Iscariote. Este ritual simboliza el castigo por su traición a Jesús. Aunque nació en Burgos, la costumbre se mantiene viva en pueblos de México, Brasil, Venezuela, Paraguay y Perú. En algunos lugares, además de quemarlo, el muñeco es linchado o apedreado por los vecinos.
Cada Domingo de Pascua, Florencia revive una tradición medieval única: el Scoppio del Carro. Este evento espectacular comienza cuando un carro decorado recorre la ciudad hasta la catedral, donde se enciende un deslumbrante espectáculo de fuegos artificiales. La tradición remonta a 1099, cuando Pazzino de Pazzi, un cruzado florentino, fue el primero en izar el estandarte cristiano sobre los muros de Jerusalén.
Como reconocimiento, recibió tres fragmentos del Santo Sepulcro, que fueron llevados a Florencia y guardados en varias iglesias. Según la leyenda, el Sábado Santo, los cruzados distribuyeron el fuego sagrado de la Resurrección, y en Florencia, a partir del siglo XII, se inició la costumbre de encender el fuego de Pascua con las chispas de las piedras traídas por Pazzino. Este ritual simboliza la purificación y el renacer de la Pascua.
Mientras en Roma cada Viernes Santo se recorre el camino de la cruz en el Coliseo, en Puerto Madryn, Argentina, la ceremonia adquiere un carácter especial. Allí, la cruz es sumergida en el mar y el rezo se lleva a cabo bajo el agua.
En Bolivia, la Semana Santa comparte muchas similitudes con las tradiciones españolas, pero con una peculiar costumbre propia. La noche del Viernes Santo, tras la muerte de Cristo, los bolivianos celebran un evento llamado kespiyariña (madrugar) o luntataña (robar), donde, de manera simbólica y aceptada, se «roba» un animal, como una cría de oveja o llama, a un vecino.
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