China: fuera del top ten de países con más cristianos, primer lugar en personas no afiliadas a una religión

China: fuera del top ten de países con más cristianos, primer lugar en personas no afiliadas a una religión

China, la nación más poblada del mundo, ahora también ostenta el título de la menos afiliada a una religión. Según la metodología actualizada de Pew, el 90 % de la población china (unos 1300 millones de personas) no declaró ninguna afiliación religiosa formal en 2020.

 

Una década de cambios en las creencias y aumentos demográficos ha transformado profundamente el panorama religioso mundial. Esta es la conclusión de un nuevo y exhaustivo informe del Pew Research Center, publicado el 9 de junio, que reevalúa las tendencias globales de afiliación religiosa entre 2010 y 2020. Si bien casi todos los principales grupos religiosos experimentaron un crecimiento, un país destaca no por sus creencias, sino por su disociación: China.

China, la nación más poblada del mundo, ahora también ostenta el título de la menos afiliada a una religión. Según la metodología actualizada de Pew, el 90 % de la población china (unos 1300 millones de personas) no declaró ninguna afiliación religiosa formal en 2020. Esta recalibración altera drásticamente las suposiciones previas sobre el panorama espiritual del país y, en términos más generales, impacta las estadísticas globales sobre identidad religiosa.

¿Qué hay detrás de este cambio? El cambio no reside en el corazón de las personas, sino en cómo se contabilizan sus creencias. Durante años, medir la religiosidad en China ha sido un desafío complejo para los investigadores. Estudios anteriores de Pew se basaron en una mezcla ecléctica de datos, incluyendo creencias personales, prácticas culturales y autodescripciones espirituales, un enfoque que presentaba un panorama más matizado, aunque menos estandarizado. Pero en este nuevo informe, Pew adopta una definición más estricta, basándose únicamente en si las personas se identifican formalmente con una religión utilizando el término chino «zongjiao», una clasificación legal e institucional de la afiliación religiosa.

Este cambio lingüístico tiene importantes implicaciones. Bajo el marco anterior, aproximadamente la mitad de los ciudadanos chinos se consideraban no afiliados. Ahora, utilizando el término más estricto, esa estimación ha aumentado a casi nueve de cada diez. La revisión aleja aún más a China de la corriente principal mundial y ayuda a explicar por qué su población cristiana, que anteriormente se rumoreaba que estaba en auge, permanece fuera de los diez primeros puestos a nivel mundial, a pesar de la especulación generalizada de los medios de comunicación sobre que China pronto podría rivalizar con Estados Unidos en número de cristianos.

Aun así, Pew reconoce los puntos débiles del nuevo modelo. Muchos chinos participan en prácticas espirituales o se identifican con tradiciones religiosas sin adoptar la etiqueta formal de «zongjiao». En un país donde la actividad religiosa no registrada suele estar restringida, la reticencia a revelar la afiliación, especialmente entre las comunidades cristianas clandestinas, también puede distorsionar los resultados.

La decisión de estandarizar conlleva desventajas. Mejora la coherencia con los datos internacionales, pero sacrifica cierta granularidad. Sin embargo, esta nueva claridad tiene consecuencias globales. La clasificación revisada de China aumenta significativamente el número estimado de personas no afiliadas en todo el mundo, que ahora se cifra en 1900 millones, lo que las convierte en el tercer grupo más grande después de cristianos y musulmanes.

A nivel mundial, los musulmanes experimentaron el crecimiento más rápido durante la década, con un aumento de 347 millones, hasta representar el 25,6 % de la población mundial. Los cristianos siguen siendo el grupo más numeroso, con 2300 millones de fieles, aunque su proporción disminuyó ligeramente al 28,8 %, debido en parte a las menores tasas de natalidad y al aumento de la desafiliación religiosa, especialmente en Occidente.

Esta tendencia a la desafiliación es uno de los hallazgos más impactantes del informe. Pew descubrió que por cada adulto que se convertía al cristianismo, más de tres abandonaban la fe. Esta pérdida neta supera con creces la de otras religiones y subraya una tendencia global más amplia hacia la independencia religiosa, especialmente entre los adultos más jóvenes de Norteamérica, Europa y partes de Asia.

Mientras tanto, el centro de gravedad del cristianismo ha cambiado drásticamente. En 2020, solo el 22% de los cristianos vivía en Europa, frente al 66% de hace un siglo. En contraste, el 31% se encontraba en África subsahariana, impulsado por las altas tasas de natalidad y el crecimiento de la población juvenil. América Latina y el Caribe representaban otro 24%. Estos cambios han convertido la fe en un fenómeno cada vez más no occidental, una transformación que probablemente se profundizará en las próximas décadas.

Pew también rastreó los cambios a nivel nacional, identificando 41 países donde la proporción de cristianos en la población cambió en al menos cinco puntos porcentuales. Todos menos uno —Mozambique— experimentaron un descenso. Si bien el cambio de religión influye, el crecimiento natural de la población sigue siendo el principal impulsor de la demografía religiosa en general.

En cuanto a China, el futuro de la religión sigue siendo difícil de predecir. Su vida espiritual puede ser más vibrante de lo que sugieren las cifras oficiales, pero la opacidad de los controles estatales y las normas sociales dificulta su evaluación completa. Por ahora, al menos en teoría, China sigue siendo el epicentro mundial de la no afiliación religiosa, un hecho que continúa repercutiendo en el equilibrio religioso mundial.

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