El 24 de marzo, un temporal en el norte de Chile provocó la crecida de los ríos y dejó varias ciudades bajo el agua y el barro. Las regiones más afectadas fueron las de Atacama, Coquimbo y Antofagasta, donde hubo 26 muertos, al menos 120 desaparecidos y casi 30 mil damnificados. 

Ante la emergencia, la comunidad judía de Chile fue en dos oportunidades a la zona. Hace un mes aproximadamente, viajaron a la ciudad de Taltal, donde entregaron un camión lleno de ayuda humanitaria con agua, comestibles, pañales y frazadas, entre otras necesidades que había, y el fin de semana pasado un grupo de 35 chicos pertenecientes a todas las tnuot (movimientos juveniles) de Chile viajó a Paipote para realizar trabajos de reconstrucción y entrega de materiales.

“Es tradición para la comunidad judía de Chile ayudar a la gente que fue víctima de estos desastres naturales. Lo hemos hecho en 2010 y 2012 por terremotos, y el año pasado en el incendio de Valparaíso”, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) el director ejecutivo de la comunidad chilena, Marcelo Isaacson.

En esta oportunidad, además de la ayuda humanitaria con bienes de primera necesidad, los jóvenes realizaron actividades recreativas para los niños, “como una manera de poder distraer a la gente de todo este desastre que está viviendo”.

“Las autoridades de la ciudad de Paipote agradecieron mucho a los jóvenes y la gente realmente estaba con un sentimiento muy lindo hacia ellos. De hecho, cuando los chicos empezaron a armar sus cosas para volver, la gente les preguntaba ‘uy, ¿ya se van?’, como diciendo ‘no se vayan todavía, los necesitamos’”, expresó Isaacson.

La acción humanitaria fue organizada a través del Consejo Juvenil Sionista, una institución que agrupa a todas las tnuot, junto a la Federación de Estudiantes judíos de Chile y el aporte de los miembros particulares de la comunidad. Además, una importante donación del Comité Judío Americano (AJC, por sus siglas en inglés) les permitió comprar materiales que necesitaban, sobre todo para la reconstrucción de un colegio y para volver nuevamente a continuar con los trabajos.

“En dos meses en Chile hay un fin de semana largo, así que los jóvenes se van a organizar para viajar nuevamente. La idea es seguir trabajando en la tarea de reconstrucción de una escuela y un jardín de infantes en la ciudad de Paipote, que quedaron muy destruidos después del aluvión”, concluyó el director ejecutivo de la comunidad judía.