La familia dominica honrará este domingo a la Virgen del Rosario de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires. Desde 1602 fue testigo de los hitos más emblemáticos de la historia argentina, y según los próceres que los protagonizaron, su protectora.
La familia dominica invita a celebrar, el próximo domingo 9 de octubre a las 11, el centenario de la coronación de la imagen de Nuestra Señora del Rosario de la Reconquistas y Defensa de Buenos, venerada en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario (avenida Belgrano y Defensa en el barrio de San Telmo). Tras la celebración de una solemne Eucaristía se realizará una procesión con la histórica imagen por las calles aledañas al convento de los dominicos.
“Queridos amigos y devotos de Nuestra Señora del Rosario, queremos invitarlos a participar con nosotros de este gesto exterior de nuestro amor filial a nuestra Señora del Rosario”, expresó el prior conventual, Fray José María Cabrera OP, en la convocatoria a esta celebración.
Se trata de la imagen más antigua de esta ciudad dedicada a la Virgen del Rosario, en el convento porteño de los frailes dominicos desde 1602 fue venerada por los héroes de nuestra independencia, testigo de algunos de los hitos más emblemáticos de la historia argentina, y según los próceres que los protagonizaron, su protectora.
Particularmente devoto de esta imagen de la Virgen del Rosario fue Manuel Belgrano, miembro de la Primera Junta, prócer de la Independencia, que al vencer a los realistas en el Norte le envió también banderas tomadas como señal de agradecimiento y ofrenda.
El creador de la bandera argentina, terciario dominico y miembro de la cofradía del Rosario, fue sepultado en el Convento, y hoy sus restos descansan en un imponente mausoleo emplazado en su entrada.
Con el título “De la Reconquista y Defensa de Buenos Aires”, el papa Pío XI decretó su coronación el 24 de marzo de 1922, colmándose así las aspiraciones de los prelados, corporaciones y devotos, que auspiciaron la feliz iniciativa, largo tiempo sustentada por fray Álvaro Álvarez y Sánchez.
El mismo año y en la tarde del domingo 8 de octubre, fue cumplimentado el decreto pontificio, y la histórica Plaza de Mayo, escenario de la augusta ceremonia, congregó a más de 30.000 personas, las que, presididas por las altas autoridades eclesiásticas y civiles, se asociaron a exteriorizar su afirmación de fe a la milagrosa imagen.
Según relatan las crónicas de la época “la singular ceremonia alcanzó en todo momento a revestir la solemnidad de un grandioso acontecimiento religioso-patriótico. Las banderas de tres pueblos hermanos, la española, la uruguaya y la chilena, realzaban aún más la trascendencia de la escena consagratoria del culto a la antigua imagen y glorificadora de acontecimientos de la epopeya nacional”.
El acto fue de tal magnitud y esplendor que contó con la presencia de numerosas autoridades eclesiásticas y civiles y la del propio presidente de la República, Hipólito Yrigoyen, quien además actuó como padrino de la coronación junto con doña Inés Dorrego de Unzué.
Y agregan las crónicas: “Leídos el Acta y el Breve pontificio, el obispo monseñor de Andrea pronunció un patriótico discurso, en el que fue varias veces interrumpido con aplausos por la enorme muchedumbre que rodeaba el palco oficial. Comenzó el orador haciendo resaltar el hermoso espectáculo que ofrecía la plaza, en la que se hallaban, dijo, congregados elementos representativos de todas las clases sociales de la República y de todos los pueblos de la tierra, con objeto de rendir homenaje público a la Virgen de la Reconquista”.
Para acompañar musicalmente este feliz aniversario, se estrenó el pasado 29 de septiembre una nueva canción titulada “Señora del Santo Rosario”.
Compuesta durante su noviciado por fray Martín María Cescutti OP, fraile estudiante de la Orden Dominica, es interpretada por un coro integrado tanto por miembros del Centro de Estudios de la Orden de Predicadores, por miembros de la fraternidad laical, de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta), y por el movimiento Vida en Gracia, entre otros, grabada a los pies de la venerada imagen.
El culto a Nuestra Señora del Rosario se conoció en Buenos Aires, prácticamente, desde la fundación del convento a inicios del s. XVI. A partir de entonces se establecieron diferentes cofradías y hermandades dedicadas a su culto y devoción.
La imagen de la Virgen del Rosario, con el Niño Jesús en sus brazos, esculpida en madera, sufrió varias adecuaciones a lo largo de su historia. Estéticamente es una joya digna de la devoción y fue ataviada con especial cariño por los argentinos.
La imagen y el templo fueron testigos de las gestas de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires (1806-1807), razón por la que se conservan en el camarín las banderas arrebatadas al Regimiento de Infantería Escocés N° 71, y que Santiago de Liniers puso a los pies de la Virgen.
El templo dominico, y particularmente mariano, engalanado a lo largo de los siglos por piadosos y agradecidos fieles, fue consagrado en honor de la Virgen del Santísimo Rosario el 19 de octubre de 1783 y elevado a Basílica Menor Papal el 23 de agosto de 1909.
La imagen de la Virgen del Rosario, coronada el 22 de octubre de 1922 fue posteriormente salvada del incendio de 1955 por amigos del convento y fieles devotos.
Fuente: AICA
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