El Administrador diocesano, padre Luis Albóniga junto al párroco de Pinamar, Marcelo Panebianco y los sacerdotes que participaron este lunes de la Jornada de Espiritualidad de Adviento, presidió la Santa Misa en el templo que se encuentra en su etapa final de construcción en la localidad de Ostende, que se levanta en el lugar histórico de la primera Iglesia. La misma había sido edificada casi un siglo atrás pero poco tiempo después quedó cubierta por los médanos.
El actual templo, réplica del primitivo, se encuentra dedicado a la Santísima Virgen, en su advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
El padre Luis realizó al inicio de la celebración Eucarística el rito de bendición, haciendo votos de que una vez finalizada la obra, el templo pueda ser consagrado.
En su homilía el administrador diocesano destacó la importancia de contar con un nuevo lugar de culto a la vez que se refirió a las palabras de la Virgen María en el Magnificat y exhortó a “alabar al Señor por el don de su presencia entre nosotros y por el fruto de santidad en nuestra diócesis manifestado en la próxima beatificación de nuestro segundo obispo, el cardenal Pironio” destacando la importancia del clero como “profetas de esperanza”.
El pueblo de Pinamar y la comunidad parroquial de Nuestra Señora de la Paz acompañaron en gran número la celebración y manifestaron su júbilo al poder celebrar una jornada histórica en la que recuperaron una parte de su identidad, con la presencia del clero de la diócesis, y en el marco de la memoria litúrgica de la Patrona.
Crónica P Juan Cruz
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