Barbarin: el Papa no aceptó mi dimisión, me retiro por un periodo

Barbarin: el Papa no aceptó mi dimisión, me retiro por un periodo

La información del arzobispo de Lyon después de la audiencia con Francisco, tras la condena a seis meses por no haber denunciado a un cura pederasta

El cardenal Philippe Barbarin, que ayer dejó su dimisión en manos del Papa después de haber sido condenado en primer grado por el tribunal correccional de su ciudad a seis meses de cárcel con excepción por no haber denunciado a un cura pederasta, anunció hoy, al volver a Francia, que Francisco no aceptó su renuncia «invocando la presunción de inocencia» y dejó que tomara él una decisión por el bien de la diócesis. Esta decisión fue, partir de hoy, un «cierto periodo» de retiro encomendando la guía de la diócesis a su vicario general.

 

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«El lunes por la mañana entregué mi dimisión en manos del Santo Padre», afirmó el purpurado en una nota dada a conocer por la tarde. «Invocando la presunción de inocencia, no quiso aceptar esta dimisión. Me dejó la libertad de tomar la decisión que mejor me parezca para la vida de la diócesis de Lyon, hoy. Según su sugerencia y puesto que la Iglesia de Lyon sufre desde hace tres años, he decidido retirarme por un determinado periodo y dejar la guía de la diócesis al vicario general moderador, el padre Yves Baumgarten. Esta decisión entra en vigor a partir de hoy».

 

El director «ad interim» de la Sala de prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, confirmó que «el Santo Padre no ha aceptado la dimisión presentada por el cardenal Philippe Barbarin, Arzobispo de Lyon. Consciente, sin embargo, de las dificultades que vive en este momento la Arquidiócesis, el Santo padre ha dejado la libertad al cardenal Barbarin para que tome la mejor decisión para la Diócesis y el cardenal Barbarin ha decidido retirarse por un periodo de tiempo y pedirle al padre Yves Baumgarten, Vicario general, que asuma la guía de la diócesis. La Santa Sede considera importante insistir en su cercanía a las víctimas de abusos, a los fieles de la Arquidiócesis de Lyon y a toda la Iglesia de Francia, que viven un momento particularmente doloroso».

 

El cardenal Pietro Parolin, por la mañana, había preanunciado, al margen de una ceremonia en el Hospital Bambino Gesù, que habría sido Barbarin quien anunciaría y publicaría la información. «Ayer se encontró con el Papa –afirmó– y creo que concordaron los próximos pasos que se darán en el futuro, pero debe ser él quien anuncie todo a la prensa».

 

El tribunal correccional de Lyon el 7 de marzo pasado condenó sorpresivamente al purpurado, arzobispo de la ciudad francesa desde 2002, a seis meses con exención, por no haber denunciado los abusos sexuales que el sacerdote Bernard Preynat cometió contra varios scouts menores de edad durante las décadas de los años setenta y ochenta. No fue sino hasta septiembre de 2015 cuando la diócesis le prohibió al sacerdote el contacto con los menores de edad. A principios de 2016 Preynat fue puesto bajo vigilancia judicial y todavía está esperando ser juzgado.

 

Una primera etapa concluyó en agosto de 2016 con la decisión de la procuraduría de Lyon de archivar el caso, al considerar que el arzobispo, quien en 2014 recibió una denuncia explícita en contra del sacerdote por parte de una víctima, Alexandre Hazez, y no obstaculizó el curso de la justicia (mientras la Corte había considerado prescritos los rumores que la habían llegado al cardenal en los años anteriores). Hazez y otras nueve víctimas de Preynat no quedaron satisfechas con el veredicto, por lo que nuevamente emprendieron medidas legales contra Barbarin, mediante el procedimiento de la “citación directa” que, en el sistema jurisdiccional francés, permite saltarse la investigación preliminar y pasar directamente al proceso. El tribunal de Lyon, presidido por la jueza Brigitte Vernay, estableció en esta ocasión que el arzobispo «es culpable de omitida denuncia sobre maltratos, privaciones o molestias sexuales».

 

Entonces, el cardenal anunció que habría viajado a Roma para comunicar su renuncia al Papa, cosa que hizo ayer. Los abogados del cardenal, además, presentaron una apelación en los últimos días. «Es importante decir», explicó monseñor Emmanuel Gobilliard, obispo auxiliar de la ciudad francesa y vocero del purpurado, «que el acto de la dimisión es el acto de un pastor, el acto del arzobispo de Lyon, que tiene que ver con la diócesis: piensa, en conciencia, dimitir por el bien de la Iglesia de Lyon. Pero es también un ciudadano francés, tiene derechos y los abogados creen que (con la sentencia de condena por no haber denunciado, ndr.) habrá consecuencias para el derecho, para la jurisprudencia; hay una nueva interpretación del derecho».

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