Asamblea diocesana de Cáritas en Villa Cura Brochero (Córdoba)

Asamblea diocesana de Cáritas en Villa Cura Brochero (Córdoba)

Más de 200 voluntarios, colaboradores y trabajadores de todas las parroquias de la diócesis de Cruz del Eje se reunieron este sábado 12 de noviembre para vivir una nueva asamblea de Cáritas diocesana.

Más de doscientos sacerdotes, laicos y demás agentes de pastoral de la diócesis de Cruz del Eje se reunieron este sábado 12 de noviembre, para vivir una nueva asamblea de Cáritas diocesana.

En el encuentro, que tuvo lugar en el salón parroquial “Mi purísima” de Villa Cura Brochero, voluntarios, colaboradores y trabajadores de todas las parroquias y capillas reflexionaron juntos sobre los modos de llevar a cabo Cáritas. De la jornada también participaron miembros de los centros de apoyo, y alumnos de los cursos de oficios y formación que ofrece Cáritas en la zona pastoral de Serrezuela.

Por la mañana, se trabajó sobre las líneas diocesanas prioritarias. También se compartieron videos de diferentes organizaciones y fundaciones que llevan a cabo tareas similares. Los participantes trabajaron en grupos por color y, respondieron a las diferentes preguntas que apuntaban al conocimiento y la mirada de cómo ven Cáritas hoy y qué planifican o esperan para 2023.

 

Monseñor Hugo Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje, estuvo presente en la asamblea y dirigió unas palabras a los participantes. “Quiero agradecerles y felicitarlos. De parte de Dios y también de parte de los pobres, con los que ustedes caminan y a los que ustedes ayudan en obras de misericordia espirituales y materiales. En nombre de esa gente que ustedes conocen cara a cara, quiero agradecerles porque me toca, por la misión que tengo, expresarlo”, sostuvo, reconociendo el trabajo de cada agente de Cáritas.

A continuación, monseñor Araya anunció el nuevo equipo que conformará Cáritas diocesana durante los próximos tres años: “Yo los conozco a todos, pero no los hemos elegido porque sean mis amigos, sino porque son los que están de hecho metidos en el trabajo" en la actividad, remarcó. 

En cuanto al trabajo de Cáritas en cada parroquia y capilla, el prelado también llamó a “trabajar de manera orgánica”, como miembros de un solo cuerpo. “Yo quisiera que cada comunidad cristiana tuviera Cáritas. Porque si no llega a la parroquia corremos el riesgo de ser una estructura que sobrevuela la vida de la gente. No logramos acciones eficaces”, sentenció.

Por último, el obispo de Cruz del Eje sostuvo que, si queremos que Cáritas diocesana trabaje acorde al Evangelio, el camino es imitar a San José Gabriel del Rosario Brochero: “Buscar que los pobres sean evangelizados al modo en que lo hizo el Cura Brochero, que nunca buscaba un crecimiento espiritual sin el material, porque la persona es una unidad, no un alma separada del cuerpo”.

Al finalizar, los participantes compartieron un almuerzo fraterno y por la tarde realizaron un plenario que culminó con la celebración de la Santa Misa en el mismo salón.

Mensaje completo del obispo

“Quiero agradecerles y felicitarlos. De parte de Dios y también de parte de los pobres con los que ustedes caminan y a los que ustedes ayudan en obras de misericordia espirituales y materiales. En nombre de esa gente que ustedes conocen cara a cara, quiero agradecerles porque me toca, por la misión que tengo, expresarlo.

Yo creo que esa gente se sentiría contenta y conforme con que su obispo les agradezca a ustedes que disponen de tiempo, paciencia, esfuerzo y sacrificio para acompañar y trabajar con los pobres así, ya que es una tarea ardua. Por eso, quiero felicitar y agradecer a todos ustedes.

Yo tengo muy buena impresión del trabajo de ustedes. Pero nunca habíamos podido hacer una asamblea diocesana desde que estoy acá como obispo. Agradezco a los curas que han hecho el esfuerzo de ponerse en marcha, porque no podíamos esperar al año que viene.

Ustedes ven que hemos conformado una pequeña comisión diocesana con la gente que ha estado trabajando, que yo los conozco a todos, pero no los hemos elegido porque sean mis amigos, sino porque son los que están de hecho metidos en el trabajo. Cada tres años iremos renovando el equipo, lo que les he pedido a ellos es que se comporten como un equipo de Cáritas, y yo no aceptaré ninguna iniciativa sino es por medio de un equipo.

Yo escucho, promuevo, apoyo, sostengo, motivo las decisiones y consensos que vienen de un equipo que me imagino muchas veces tendrán que discutir, porque los puntos de vista son variados y eso es un punto que quisiera remarcar: en la Iglesia somos diferentes.

El papa Francisco ha hecho un esfuerzo enorme por recuperar una noción que es la de sinodalidad. Caminar con los amigos es fácil, pero acá no se trata de caminar con los amigos, sino con todos y todas. Es justamente la pluralidad lo que nos hace posible conectar con el Espíritu Santo porque así nos dice San Pablo: “el Espíritu Santo reparte sus carismas de diverso modo y él es el que provoca la diferencia que tiene que hacerse unidad”.

Entonces, la diferencia-unida es un don del Espíritu Santo, por eso yo les animo a que desde Cáritas diocesana cada uno manifieste su modo de ver la cosa, cada uno dé lo que tenga y se trabaje hasta lograr una solución superadora de cada uno de los puntos de vista personales.

Si después de la reunión de Cáritas cada uno sale con la idea que trajo, ¡mal hecha está la cosa! Yo me tengo que ir de la reunión de Cáritas con una idea superadora de lo que traje, porque he incorporado la idea de los hermanos. ¡Nadie tiene el monopolio del Espíritu Santo! Por más obispo y papa que fuese…Voy a la reunión de Cáritas y salgo con una idea modificada, enriquecida con la pluralidad de visiones. 

¿A qué me refiero con esto? A un principio básico de la pastoral que, además de ordinaria, no debe vivir de eventos y acontecimientos sueltos sino que ha de ser orgánica. Un cuerpo con variedad de órganos. Significa una pastoral de órganos que se comunican.

Cáritas trabaja conectada con otras realidades: catequesis, pastoral de la salud, etc. ¡Eso es una comunidad cristiana, eso es una diócesis! Lo otro es otra cosa. Entonces, el trabajo ha de ser orgánico. Yo quisiera que de a poquito con lo rico que cada uno tiene, en las parroquias exista una Cáritas parroquial (que de hecho ya hay), que cada comunidad cristiana tuviera Cáritas.

Porque si no llega a la parroquia, corremos el riesgo de ser una estructura que sobrevuela la vida de la gente. No logramos acciones eficaces. A mí me sorprende cómo trabajan en las capillas, pero quiero decir que eso que se hace se puede siempre mejorar, y la importancia de que podamos provocar que en las otras, donde no existe todavía, aparezca con el riesgo que sea y respetando lo que dice el estatuto.

El estatuto dice que el párroco y dos personas deben estar involucradas ¿por qué el párroco? Porque el párroco es el encargado de promover la unidad de la comunidad, por eso la preside. Porque ha recibido el carisma de unir lo diferente en una comunidad concreta, por eso la preside. ¡A nadie se lo nombró jefe de no sé qué empresa, no! Se le ha dado, con la ordenación presbiteral del sacramento del Orden, el carisma de promover unidad. Que no significa uniformidad, pero significa que la gente que es diferente se entiende y se reconcilia porque él tiene este carisma, esta obligación, este deber, esta encomienda, por eso preside la Cáritas parroquial.

El que preside lo hace porque él tiene que cuidar de la unidad, donde nadie tiene que quedar excluido y donde todos superamos las diferencias, no se trata de pensar igual, se trata de amar lo mismo. Eso es de San Agustín. Se trata de amar a los pobres, no de pensar igual. Puede haber de todos los colores políticos, pero todos con la capacidad de amar a los pobres, cada uno con su criterio y modo, pero coincidimos en el amor a los pobres. No usar a los pobres, amarlos.

Fíjense: de un modo amamos las cosas y de un modo amamos y estimamos las personas. Las personas nunca son cosas, nunca las uso, las personas nunca pueden ser usadas. Las cosas son usadas, a las personas no puedo usarlas porque lo que busco cuando quiero una persona es su bien, su verdadera felicidad, no mi propio provecho.

Porque a veces puede suceder que tratando de calmar la conciencia se ayuda, y ¿a usted qué le importa más, calmar la conciencia o ayudar? ¡No se busque a usted, lo que tiene que hacer es preocuparse del pobre que necesita que lo ayude! Si eso le trae tranquilidad de conciencia, mejor. Pero amar a los pobres nunca es usarlos como cosa para tener el cartel de Cáritas.

Lo importante es que a mí me preocupan los que sufren, creo que Dios me ha llamado a atender a los que sufren, entonces me acerco, respetando su cultura y modo de vivir, y los integro en un trabajo de promoción. No trabajar para otros, sino con y desde otros. Ese es el modo evangélico de trabajar en Cáritas. Otros modos pueden ser buenos, pero son en la cooperadora de la escuela, en el club del barrio, en una ONG, en un sindicato; todas obras buenas, pero lo nuestro va por el lado del Evangelio.

Entonces, para terminar, digo así: que los pobres sean evangelizados, al modo de Brochero. ¿Qué tiene que hacer Cáritas en la diócesis de Cruz del Eje? Buscar que los pobres sean evangelizados al modo que lo hizo el Cura Brochero, que nunca buscaba un crecimiento espiritual sin el material, porque la persona es una unidad, no un alma separada del cuerpo. Entonces ayudar a alguien es ayudar a una persona completa de cuerpo y alma, que pasa una situación de sufrimiento bien determinada”.

Comentá la nota