Ariel Eichbaum: «El BUR ha puesto a la AMIA entre las mejores organizaciones del país»

Ariel Eichbaum: «El BUR ha puesto a la AMIA entre las mejores organizaciones del país»

El presidente de la AMIA, Ariel Eichbaum, dialogó en exclusiva con Vis á Vis y palpitó las elecciones que se realizarán el próximo 5 de abril. Explicó cómo encontró la institución y cómo la deja, y todo lo que logró el Bloque Unido Religioso (BUR) desde que asumió la conducción de la entidad.

Además, destacó la campaña del BUR y la diferenció del resto: «Es entre los socios; muy austera, siguiendo la tradición de las elecciones en la AMIA. Veo con preocupación que otros actores traten de plantear los temas políticos en términos de lucha religiosa. Exponer las diferencias religiosas con tu hermano, exponer un supuesto sismo religioso inexistente en medios nacionales es de una irresponsabilidad suprema».

Finalmente, aclaró que no tienen un candidato porque no personalizan las elecciones y aseguró que «el BUR garantiza continuidad judía en todos los aspectos de la vida».

¿Cuál es tu sensación de haber estado en Berlín invitado por el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, junto a personalidades de todo el mundo?

Fue un encuentro muy importante, no sólo por la figura convocante de Rivlin y por el mensaje contra la xenofobia y el antisemitismo que brindó en el parlamento alemán en el marco del 75º aniversario de la liberación de Auschwitz, sino también porque en ese contexto tuvimos la oportunidad de escuchar testimonios de madres que sufrieron el secuestro de sus hijos a manos del Hamás, y pudimos solidarizarnos con su dolor y condenar nuevamente el terrorismo en todas sus formas.

Asumiste en la AMIA cuando el barco se movía. Sin embargo, tomaste la conducción y no solo lo mantuviste a flote sino que estás llegando a destino. ¿Sentís que pudiste hacer lo que te propusiste o creés que te quedó mucho por hacer?

Asumimos en un momento muy especial. Y logramos atravesar con calma y responsabilidad ese período de transición. No solo pudimos mantener el barco a flote, sino que pudimos desarrollar una agenda intensa de proyectos solidarios, culturales y educativos. Pudimos avanzar en líneas de trabajo muy concretas, como en el objetivo de internacionalizar el reclamo de justicia por el atentado del 18 de julio de 1994, o en desarrollar una gestión federal inédita en la historia de la institución, entre muchos otros logros. Pudimos hacer lo que nos propusimos, y también hay muchos proyectos que nos quedan por continuar. Esperamos que la conducción venidera los pueda realizar. Deseamos que lo que estamos dejando sembrado pueda ver sus frutos en las próximas conducciones.

¿Cómo está hoy la AMIA?

La AMIA está muy bien; es una institución muy profesional. Es una referencia ineludible en el mundo de las organizaciones sociales de la Argentina, no sólo por su estructura de trabajo sino por su solidez financiera. No hace muchos años, cuando otros actores gobernaban la AMIA, la falta de control derivó en un descalabro económico vergonzante. Con austeridad, bajo perfil y trabajo, la conducción del Bloque Unido Religioso (BUR) puso a la AMIA en el lugar que tiene que estar.

Por citar algunos ejemplos: hemos fortalecido el crecimiento de la red de empleo que tiene un modelo ejemplar en la región; hemos podido profesionalizar las prestaciones en el ámbito de la cultura, brindando un servicio a la sociedad de gran calidad; hemos diseñado programas sociales de inclusión que son un modelo para el país. La institución cuenta con varios de sus procesos recertificados bajo la norma “ISO 9001”; mantenemos un alto nivel de diálogo en todas las instancias, con todos sectores.

Es un orgullo presidir la AMIA. La responsabilidad es muy grande por el enorme impacto que generan sus acciones. Esperamos que quienes anhelan presidirla estén a la altura de las circunstancias.

Si tuvieras que marcar logros de tu gestión, ¿cuáles serían?

Los logros no son sólo de esta gestión sino de las diferentes conducciones del BUR. Uno de los principales es tener una administración financiera rigurosa que devolvió a la entidad la seriedad y la austeridad que nunca debió haber perdido, y que lamentablemente se perdió cuando otros, que ahora pretenden volver a manejarla, estaban al mando. Fue escandaloso el manejo económico que realizaron. AMIA hoy puede sumar proyectos y ampliar su radio de acción porque sus bases son sólidas, porque maneja con responsabilidad los bienes y los recursos de la comunidad, porque sabe administrarlos. Incluso cuando el BUR no fue gobierno, pero tuvo a su cargo la tesorería, fue clave para remediar los desastres heredados de gestiones anteriores.

Además de la administración eficiente, tenemos que destacar la recuperación para la AMIA de los institutos de formación docente. Históricamente la AMIA tuvo a su cargo la formación de los docentes con reconocimiento y títulos oficiales del Ministerio de Educación. Pero en uno de esos desmanejos vinculados con la crisis económica y la impericia en buscar soluciones, se cedieron. Con mucho trabajo, pudimos rescatarlos de la situación paupérrima en la que estaban. Los recibimos con apenas 8 alumnos. Hoy, para el ciclo educativo 2020, tenemos más de 200 inscriptos. Es un logro muy importante de cara a la continuidad y a la preservación de nuestro acervo educativo y cultura. También es importante porque estamos despertando la vocación docente.

En cada área que veo hay logros. En el área social, con todas las prestaciones que realizamos para los beneficiarios, con un centro de día para adultos mayores que es un ejemplo por su funcionamiento. En el área de Juventud, el año pasado se realizaron actividades para 6.000 jóvenes y se lanzaron experiencias novedosas, como el Club de Emprendedores.

Otro logro absoluto es la gestión del Vaad HaKehilot, que federalizó su actividad como nunca se hizo antes. Instrumentamos un programa de cultura federal por la que llegan a las comunidades actividades y espectáculos de gran calidad. Nunca en la historia de la comunidad judía en la Argentina se ha hecho lo que nosotros hicimos en el interior del país.

Internacionalizar la causa que investiga el atentado terrorista del 18 de julio de 1994 fue otra prioridad para nosotros. Estamos convencidos de que si las democracias del mundo acompañan el reclamo de justicia podemos tener alguna expectativa, considerando que uno de los logros que tenemos en la causa es la vigencia de las alertas rojas contra los iraníes acusados por la Justicia argentina.

El año pasado, en el marco del 25° aniversario del atentado, como presidente de AMIA pude hablar en las Naciones Unidas ante dignatarios de todo el mundo. Junto al Congreso Judío Latinoamericano y la Cancillería Argentina realizamos actos conmemorativos en distintas embajadas del mundo y en diferentes parlamentos europeos.

También fueron históricas las visitas a la AMIA de Benjamin Netanyahu, Jared Kushner y Mike Pompeo.

Uno de los conflictos previos a tu asunción era la relación con la DAIA, ¿cómo está hoy?

Las dos instituciones están atravesando un momento de diálogo y buena sintonía. Con el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, entendemos que la vida institucional comunitaria requiere ejemplaridad, unión y concordia. Mantener buenos vínculos es la base para preservar a la comunidad.

¿Sentís que el Ariel Eichbaum que finaliza la gestión en esta cadencia es el mismo que asumió?

Creo que los seres humanos estamos en continuo crecimiento. Cuando uno asume desafíos, como en mi caso asumir al frente de la AMIA, sin saber qué exigencias tendrá por delante, debe comprometerse y tratar de dar lo mejor, teniendo siempre como guía el bienestar de la comunidad. Qué es lo mejor para la comunidad es la pregunta que me acompañó en toda mi gestión. Y los resultados hacen que, gracias a todo el equipo de Comisión Directiva que me acompañó y a los excelentes profesionales que trabajan en AMIA, pueda sentirme dignificado y honrado de haber podido servir a la comunidad. Me iré de la presidencia aún con más cariño del que ya tenía por la institución.

¿Notás en la comunidad alguna modificación luego del cambio de Gobierno Nacional? ¿Cómo fueron aquellas reuniones con funcionarios?

Fueron encuentros muy buenos y productivos. Tuvimos reuniones protocolares de presentación y en las que nos pusimos a entera disposición, en todo lo que podamos aportar desde nuestro expertise, especialmente en temas sociales, para contribuir al bienestar de la Argentina. No necesitamos más grietas ni antinomias. Cada uno debe aportar desde su lugar para contribuir a la paz social, al desarrollo.

Por otro lado, fue una señal muy positiva para nosotros que el primer viaje al exterior de Alberto Fernández como presidente haya sido a Israel. Fue un gesto que apreciamos.

¿Creés que en esta etapa de la carrera electoral rumbo a las elecciones se bajó el nivel de la discusión? ¿Por qué?

Sin dudas que el nivel ha bajado y lo lamento mucho. Yo no soy candidato. Mi rol es ser presidente de AMIA y desde ese lugar debo hablar. Lo que puedo decir es que la campaña del BUR se hace de manera muy austera y trata de no sacar la discusión de los límites de la comunidad. Veo con preocupación que otros actores traten de plantear los temas políticos en términos de lucha religiosa. Eso es grave y preocupante. Exponer las diferencias religiosas con tu hermano, exponer un supuesto sismo religioso inexistente en medios nacionales es de una irresponsabilidad suprema, que impugna la posibilidad de liderar un espacio democrático. La campaña del BUR es entre los socios; muy austera, siguiendo la tradición de las elecciones en la AMIA. Este es un fenómeno nuevo, muy importado de la política nacional, con jefes de campaña, con estrategias mediáticas, que no son para la comunidad porque apunta a un público que está fuera de ella. Me parece muy irresponsable por parte de personas imprudentes emplear este nuevo estilo que le da un color a los comicios que no debería tener de ninguna manera.

¿La conducción de la AMIA es una conducción cerrada?

Para nada. Las elecciones son elecciones indirectas. El espíritu del estatuto de AMIA es poder lograr la representatividad completa; que en su conformación todas las voces estén contempladas. AMIA es una institución que tiene las puertas abiertas, que dialoga con todos los sectores, que mantiene una gestión transparente. En su Comisión Directiva están representados todos aquellos que, con vocación democrática, se presentaron a elecciones y dieron la oportunidad a los socios de elegir.

¿Qué opinás sobre Alejandro Kladniew y Batia Nemirovsky como candidatos y sobre sus respectivas listas?

No me gusta opinar sobre personas. Es sabio el estatuto de AMIA al proponer un colegio electoral. Los socios eligen a un grupo de dirigentes que expresa una idea política, y no elige a una persona. El caudillismo no está interpretado en la historia de nuestra institución.

¿Quién va a ser el candidato del BUR? ¿Existe la posibilidad de que sea un no ortodoxo?

Nosotros no adelantamos ningún nombre antes de tiempo. El BUR se mantiene en la línea de no tener un candidato, de no personalizar las elecciones. El espíritu es un espíritu colegiado, de respeto al colegio electoral. La Asamblea de Representantes (RAT) es fruto de consensos, de diálogo. Por tanto, todos los que van a conformar el RAT son candidatos. Podemos decir que hay 90 candidatos. Se verá qué es lo mejor para la comunidad y primará ese criterio.

En la lista de BUR se encuentran personas que enarbolan nuestro ideario político, nuestros ideales de gestión vinculados con honestidad y transparencia que no son ortodoxos. Mientras ocupen un lugar en el RAT todos pueden ser posibles presidentes.

Sos uno de los referentes más importante que tiene el BUR, ¿seguirás el camino político comunitario o te tomás un tiempo de reflexión?

No concibo mi labor social como política comunitaria. La tomo como un voluntariado. El servir a tu pueblo, a tu prójimo, lo considero como algo honorífico, que lleva tiempo, que cuesta esfuerzo, pero que es una pasión. Voy a estar donde el futuro me demande. Uno es un servidor. Donde se lo necesita, tiene que estar.

¿Qué AMIA soñás?

Nuestro trabajo como voluntarios, en mi caso como presidente de la institución, es poder transformar realidades. Contribuir desde nuestra misión como askán a reparar el mundo es el propósito que seguimos. Sueño con una AMIA que siga cumpliendo su misión social y siga transformando realidades, especialmente con la población más vulnerable. Esperamos seguir trabajando en ese sentido, brindando más oportunidades concretas de inclusión.

¿Qué mensaje te gustaría dejar de cara al 5 de abril?

A la dirigencia le diría que después del 5 de abril hay un día en el que todos vamos a sentarnos en una mesa y pensar las mejores propuestas para la comunidad judía para los próximos años.

A los socios de AMIA le diría que estas elecciones nos instan a ser responsables, a elegir recordando el camino de crecimiento que se pudo recorrer en los últimos años, cómo se pudieron revertir las situaciones de déficit y transformarlas en realidades virtuosas. Tenemos la responsabilidad de elegir haciendo memoria de lo que fueron las conducciones anteriores, gestiones que cerraron escuelas o que condicionaron la ayuda a los beneficiarios, según la afiliación política. El BUR ha puesto a la AMIA entre las mejores organizaciones del país. Con visión democrática y con la posibilidad de tener vínculos asociativos con todas las instituciones, tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el interior del país, el BUR garantiza continuidad judía en todos aspectos de la vida. Sigamos dejando a la AMIA en buenas manos.

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