Con una Misa presidida por el Arzobispo de Mercedes-Luján, Mons. Jorge Eduardo Scheinig, la comunidad argentina celebró este lunes 8 de mayo a Nuestra Señora de Luján, patrona de la nación.
Acompañados por el Arzobispo, los fieles llegaron en procesión desde la Plaza Colón a la basílica dedicada a la Virgen para participar en la Eucaristía, concelebrada por el rector del santuario, el P. Lucas García, y por varios sacerdotes que ejercen su ministerio en el templo y en la Arquidiócesis.
En su prédica, Mons. Scheinig hizo hincapié en la maternidad de María: ““Jesús nos entrega a su Madre para que tengamos la seguridad de que siempre María va a estar, de que nunca nos va a faltar su maternidad”, en especial en momentos difíciles.
Mons. Scheinig también recordó la historia del milagro por el que la Virgen quiso quedarse en Luján, impidiendo que la carreta que llevaba su imagen se moviera, hecho del que pronto se cumplirán 400 años. “El signo de esta Virgen es que quiere estar, que quiere acompañar, que no quiere dejar solo a su pueblo”, afirmó.
En referencia al lema de las fiestas patronales de este año: “María de Luján, esperanza de nuestro pueblo”, destacó la importancia de esta virtud teologal, llamando a los fieles a que “nadie se vaya de esta Eucaristía hoy sin renovar la esperanza”.
“La esperanza religiosa nos da seguridad”, puntualizó, para luego agregar: “Todos podemos dar testimonio de que, cuando venimos, nos vamos distintos”. Mons. Scheinig también destacó la trascendencia de la Virgen para el país: “Cuánto bien le hace a la patria María de Luján, cuánto bien le ha hecho a la historia”.
“De cuántas cosas nos habrá salvado la presencia de la Virgen y de cuántas cosas nos seguirá salvando”, añadió. Finalmente, el Arzobispo de Mercedes-Luján animó a los fieles a que, al llevarse la estampita con un pedacito del manto que la Virgen tuvo puesto durante el 2022, “sientan que se la llevan a Ella, que está en la vida, en la casa, en el trabajo”.
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