Argelia ha sufrido uno de los mayores brotes de coronavirus en África y por el momento mantiene cerradas sus fronteras:

“No se trata de unas simples vacaciones, sino de retomar el vínculo con la familia, que para mí tiene más prioridad. Las vacaciones las cogeré en septiembre para ir a otro lugar. Ahora, se trataba más de volver a ver a la familia, retomar ese vínculo, una lástima,” se queja Céline.

Desde el 17 de marzo, Argelia mantiene el cierre de las fronteras terrestres, marítimas y aéreas en un intento de frenar una situación que ha sido calificada de caótica. Para Zahir, el cuñado de Céline, que lleva 6 año viviendo lejos de sus raíces, la medida está resultando dolorosa:

“Como todos los argelinos… tenemos la costumbre de bajar cada año. Lo hacemos siempre, para nosotros es vital. Así que tan pronto como abran las fronteras de nuevo, aunque tenga que tomarme 2 semanas de vacaciones sin sueldo, iré a ver a la familia y me aseguraré de que todos estén bien.”

Estas vacaciones de verano en Argelia son una tradición para millones de personas como Celine y Zahir. Los argelinos representan el 12,5% de los extranjeros residentes en Francia,; la mayor comunidad entre los inmigrantes.

Este verano de 2020 se les está haciendo muy largo a Chaïb Benosmane, Céline y Zahir, así como para el resto de argelinos que no saben cuándo podrán volver de visita a Argelia.

Argelia no es el único país del norte de África que cuenta con restricciones. Marruecos también tiene una prohibición de entrada que recientemente se ha prorrogado hasta, al menos, el 10 de septiembre. Francia, si bien sigue teniendo restricciones de entrada para los viajeros procedentes de Argelia, ha suspendido todas las que había con respecto a Marruecos.