El Gobierno austriaco aprobó la semana pasada la reforma de la ley del Islam, vigente desde 1912 y que reconoce esta creencia como culto oficial en Austria, que según las autoridades tiene como objetivo "reducir la influencia política y el control que se ejerce desde países extranjeros" en el Islam.

La nueva regulación otorga a los musulmanes una serie de derechos como el reconocimiento de fechas religiosas, pero prohíbe el financiamiento extranjero a mezquitas.

De acuerdo con líderes musulmanes, esta restricción establece una diferenciación al compararse con cristianos y judíos, religiones que sí conservan el derecho a recibir apoyo internacional.

El ministro del Exterior austríaco, Sebastian Kurz, defendío la reforma y resaltó este paso como un paso histórico en Austria.

Kurz descartó que estos cambios sean una respuesta a los recientes ataques registrados en Francia y Dinamarca por extremistas islámicos.

Críticas

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, criticó duramente a Austria por la reforma de la ley del Islam, que entre otras medidas prohíbe a las mezquitas recibir financiación extranjera, y ha advertido de que "hará todo lo posible" para evitar este tipo de ataques a la religión.

Erdogan advirtió de que Turquía hará "todo lo posible" para "proteger" a los musulmanes que viven en Austria, en especial a aquellos con ascendencia turca, para evitar que sean "atacados", según ha informado el diario Hurriyet.

El mandatario turco también hizo referencia en su discurso a los últimos ataques sufridos por musulmanes en Europa, indicando que están llegando "a un terreno diferente". "Tenemos que parar estos prejuicios", ha subrayado.

Los musulmanes austriacos se estiman en alrededor de medio millón o, lo que es lo mismo, en torno al 6 por ciento, de un total de 8 millones de habitantes que habitan este país europeo.

En Viena, el Islam es la segunda mayor agrupación religiosa, después de la religión católica.