Las principales salas del país abren sus puertas a una película con valores que invita, desde la mirada inocente de un niño, a reflexionar en qué creer: desde la magia y la ternura, la película aborda los grandes planteos actuales como el bullying y el maltrato, el vínculo con los padres y el mundo de los adultos o la capacidad de creer en lo imposible y sus consecuencias. 

El film, ambientado en una pequeña ciudad de Estados Unidos de los años 40, cuenta la historia de Little Boy, quien con 8 años sufre el rechazo y acoso de los niños de la ciudad por su baja estatura. Su único amigo es su padre, James, quien es convocado para luchar contra los japoneses en el Pacífico… y así el mundo de Little Boy se derrumba. 

Inspirado por su héroe, Little Boy cree que puede reunir el poder para lograr lo imposible: traer a su padre de vuelta a casa. Para tener éxito en su misión, debe hacerse amigo de la persona a quien más teme, un anciano japonés, que representa la cara del enemigo.

Producida por el actor y cantante mexicano Eduardo Verástegui, quien luego de unos años de fama y luces hollywodenses sintió un llamado profundo de conversión al catolicismo (vive en castidad, reza el rosario, asiste a misa, y se ha involucrado de manera muy activa en la lucha contra el aborto), Little Boy es una película imperdible para padres e hijos, para que los abuelos lleven a sus nietos, para educadores, jóvenes, para un público religioso o no creyente, principalmente para un público muy humano.