AMIA inauguró "El Muro de la Memoria", una obra pintada sobre las únicas marcas que persisten de su viejo edificio

AMIA inauguró

A las 9:53, hora exacta en la que se produjo el atentado contra la AMIA, quedó formalmente inaugurado el viernes pasado, el “El Muro de la Memoria”, la gigantesca obra creada por el artista Martín Ron para honrar a las víctimas del ataque terrorista y renovar el pedido de justicia. La inauguración se realizó a poco de cumplirse 24 años de la masacre perpetrada por el terrorismo fundamentalista islámico, y forma parte del conjunto de acciones de arte y memoria creadas por AMIA ante un nuevo aniversario.

Con la presencia del presidente de la institución Agustín Zbar, el ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro, el curador y coordinación general del proyecto Elio Kapszuk, autoridades y empleados de la institución, y familiares de las víctimas, el mural fue develado en un acto que se realizó en la plaza seca del edificio ubicado en Pasteur 633.

“El Muro de la memoria” fue realizado a partir de dos columnas que se conservan del viejo edificio de AMIA, que fue destruido en el atentado del 18 de julio. Con esta obra, AMIA buscó volver a hacer visibles esas marcas de su antigua sede, que permanecieron tras la destrucción, y poder resignificarlas y ponerlas en valor a partir del arte urbano (“street art”) o callejero.

"Sentimos que hoy estamos dando un paso más en la lucha contra el olvido. No está a nuestro alcance hacer justicia, pero sí mantener la memoria activa", aseguró el presidente de AMIA al inaugurar este nuevo homenaje permanente a las víctimas del atentado. Precisamente Zbar, junto con dos empleados de la institución, fueron los encargados de dar las pinceladas finales al mural que comenzó a pintarse el 11 de junio pasado.

Por sus dimensiones, la obra puede verse en su totalidad desde el exterior del edificio. ”Su mensaje traspasa las paredes de nuestra sede. Es una creación que compartimos con toda la sociedad, porque –como decimos siempre– el atentado nos sucedió y atravesó a todos”, concluyó Zbar.

“Las columnas sobre las que se creó el mural son la única memoria arquitectónica que se conserva del viejo edificio”, advierte, por su parte, Elio Kapszuk. “Precisamente, en la obra de Ron esas dos líneas paralelas, o mochetas, dan forma a una escalera, que motiva diferentes interpretaciones. Una de ellas es que esas columnas, que resistieron al peor ataque terrorista que sufrió el país, sostienen el reclamo de justicia”, explica.

Por su parte, Sofía Guterman, madre de Andrea, una de las 85 víctimas fatales del atentado, agradeció al artista y a la institución por este nuevo proyecto para contribuir al ejercicio de la memoria. "Es muy momento muy emotivo, las emociones siguen vivas", sostuvo en el acto de inauguración. "Esta escalera es la que nos falta para llegar a la justicia que tanto anhelamos".

La obra de Martín Ron también simboliza la conexión de la vida terrenal con la vida espiritual. Esta asociación remite, a su vez, al llamado “Sueño de Jacob”, un pasaje del libro “Génesis” que refiere a la unión entre el Cielo y la Tierra. 

El mural alude también a las manifestaciones por el pedido de justicia, que se realizan cada 18 de julio, en el acto central frente a la sede de AMIA. En la obra aparecen rostros de personas cuyas vidas fueron injustamente arrebatadas. “Recordar se vuelve un deber imperioso porque invocar a quienes hoy no están es la única manera posible de traerlos al tiempo presente”, retoma Kapszuk. “En tiempos de impunidad, el ejercicio de la memoria tanto individual como colectiva, debe estar directamente asociado al reclamo de justicia. Y esta dimensión está reflejada también en El Muro de la Memoria”, indica.

“El Muro de la Memoria” se extiende por 12 metros de ancho y 30 metros de alto. Es uno de los más grandes del barrio de Once. Su realización fue posible gracias al apoyo de Fundación IRSA, Grupo INSUD, DESA - Desarrolladora Energética S.A., Laboratorio ELEA, Sinteplast y El Galgo.

"Como artista urbano uno va aprendiendo que uno hace arte al servicio de la comunidad", señaló Ron en el acto de inauguración. "Es un honor y privilegio que AMIA me haya elegido para realizar una obra que pide Justicia".

EL EDIFICIO DE AMIA, SÍMBOLO DE VIDA Y MEMORIA 

Un triunfo de la vida sobre la muerte, un símbolo de sobrevivencia y de la fuerza de la memoria. El actual edificio de AMIA, ubicado en Pasteur 633, se re-inauguró el 26 de mayo de 1999, cinco años después del atentado.

Emplazado en el mismo lugar en que estalló la bomba el 18 de julio de 1994, la sede principal de la AMIA –todo un ícono del barrio de Once– fue levantado sobre el pozo y las ruinas de la vieja construcción que databa de 1945.

El edificio actual comenzó a construirse en agosto de 1995. Casi cinco años después del atentado, abrió oficialmente sus puertas a las 9.53, a la misma hora en la que explotó la bomba. La reinauguración tuvo como lema “Por la justicia y por la vida”.

Los volantes que se distribuyeron en ese momento para convocar al acto de reapertura se hicieron eco del contundente mensaje de sobrevivencia: “El 26 de mayo volvamos juntos a nuestra casa, Pasteur 633”.

“POST IT” PARA NO OLVIDAR

Martín Ron es considerado uno de los diez muralistas más importantes del mundo. Además de ser el autor de la obra que la institución decidió realizar para transformar una pared en un contundente reclamo de justicia, Ron es el creador de “Post it”, la nueva muestra que el Espacio de Arte AMIA inauguró hoy en el entrepiso de Pasteur 633.

“El post it es un elemento asociado a recordar algo que no debemos olvidar. Le damos un uso cotidiano para fijar la memoria”, explica Elio Kapszuk, curador de la muestra. “Con este significado tan potente, en la obra de Ron cientos de post it fueron la base para crear un mural que se manifiesta fuertemente contra el olvido. Si la impunidad aún está presente, el arte tiene que expresarse a favor del ejercicio colectivo de la memoria y el reclamo de justicia”, remarca Kapszuk.

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