Alberto Fernández sumó a católicos, judíos, musulmanes y evangélicos al plan de contención del coronavirus en el conurbano

Alberto Fernández sumó a católicos, judíos, musulmanes y evangélicos al plan de contención del coronavirus en el conurbano

La convocatoria se hizo a través de la Secretaría de Culto y la intendencias bonaerenses y su objetivo es aumentar los recursos necesarios para atender a los probables contagiados por la pandemia

Alberto Fernández decidió sumar a las conunidades católicas, judías, musulmanas y evangélicas al plan de contingencia que diseñó para resolver sin dilaciones los problemas sanitarios y de logística que causará el avance del coronavirus en el conurbano.

La convocatoria se realizó a través de la Secretaria de Culto y las intendencias del conurbano, y la respuesta de las organizaciones sociales fue inmediata y a corazón abierto. El presidente necesitaba lugares aislados de alojamiento, camas para los contagiados, cocinas para abastecer a los enfermos, alimentos básicos para los comedores escolares y sociales e insumos médicos, frente al pico de la pandemia que calcula hacia principios de mayo.

El Centro Islámico de la República Argentina ya donó una tonelada de pan para el Municipio de Almirante Brown y puso a disposición dos camiones para la distribución de comida cuando lo indique el ministro del Interior, Wado de Pedro, que junto a su colega de Salud, Ginés González García, coordinan toda la ayuda que está llegando de las distintas congregaciones asentadas en la Argentina.

Las distintas instituciones judías pusieron a disposición 44 lugares distintos, entre escuelas, salones y espacios propios en los countries comunitarios. Por ejemplo, la Sociedad Hebraica Argentina aportará 230 camas para el Municipio de Pilar. “El lugar tendrá un acceso independiente, en el que se cumplen todos los protocolos médicos y de seguridad necesarios. Hebraica brindará así un espacio acogedor, cálido y preparado para recibir a aquellos pacientes que necesiten atención”, explicó en su cuenta de Facebook la tradicional institución judía.

La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) envió una carta al presidente poniendo a disposición “sus templos, lugares de culto, múltiples instalaciones, recursos y voluntariado”. El titular de ACIERA, Rubén Proletti, añadió en su carta a Alberto Fernández: “celebramos que al momento de elegir usted haya optado por la salud antes que por la economía”.

Junto a la colaboración ofrecida por musulmanes, judíos y evangélicos, la Iglesia Católica también sumó su predisposición a colaborar con la estrategia presidencial para atenuar las consecuencias del coronavirus en el conurbano. Se necesitan lugares aislados para atender los contagiados “intermedios”, y la Iglesia ya ofreció -entre otras dependencias- la Montonera de Pilar con 150 habitaciones, la Pilarica, Don Orione, la Casa de Retiros y la Arboleda.

El plan diseñado por Alberto Fernández implica toneladas de comida, miles de camas disponibles, insumos médicos, personal profesional y seguridad. El presidente dividió cada una de estas áreas, y distribuyó las responsabilidades entre los distintos ministerios de la administración pública.

Wado de Pedro y González García coordinan con los líderes comunitarios y religiosos y los intendentes del conurbano para tener todo preparado ante un enemigo invisible que hiere y mata las veinticuatro horas del día. Católicos, judíos, musulmanes y evangélicos aportan lo que tiene para que la pandemia aplane su curva.

No hay cálculo político ni reticencia por ciertas decisiones de gobierno que anunció Alberto Fernández durante la apertura de las sesiones ordinarias. La intención es de ayudar con lo que se tiene -pan, una cama en un country, un templo que será desocupado y un espacio de retiro- que será utilizado como hospital de campaña.

El procedimiento para alinear la ayuda social está en manos del Ministerio de Salud y de las distintas intendencias. La semana que viene se inician las tareas en La Montonera y en Hebraica, y la comunidad islámica ya está distribuyendo la comida con sus dos camiones. Será una tarea compleja y contrarreloj: el pico de la pandemia se aguarda para los primeros días de mayo.

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