Sin agua bendita, una persona por banco y de 9 a 16: cómo es el protocolo para abrir las iglesias

Sin agua bendita, una persona por banco y de 9 a 16: cómo es el protocolo para abrir las iglesias

El Gobierno nacional habilitó la reapertura de los templos y lugares de culto. Qué va a pasar en las parroquias de la Ciudad.

Un máximo de diez fieles por templo, una persona por banco, desinfección del calzado, sin agua bendita en las fuentes y la prohibición de tocar imágenes religiosas son algunas de las recomendaciones que incluye el protocolo sanitario elaborado por el Gobierno nacional para la reapertura de los templos y lugares de culto, sólo para las actividades religiosas individuales.

Así surge de una disposición de la jefatura de Gabinete que será publicada en las próximas horas en el Boletín Oficial, se permitirán las actividades religiosas individuales en lugares de culto en todo el territorio nacional con excepción del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

No obstante, desde el Arzobispado de La Plata aclararon que si bien la habilitación de reapertura de los templos no aplica automáticamente en el ámbito del AMBA, en cada distrito se evalúa y dialoga con las autoridades comunales “de acuerdo con la situación de cada localidad”. Se estimaba, en tal sentido, que los templos locales comenzarían a reabrir.

En rigor, en La Plata, como reflejara este diario días atrás, desde que comenzó la pandemia los templos religiosos debieron resignar las misas, los casamientos y las confirmaciones, pero la fe y los puentes de contención, mantuvieron vivas a la mayor parte de las iglesias, abiertas en determinados horarios y con los sacerdotes puestos a disposición de las necesidades de los feligreses.

Se aclaró desde la curia local que las actividades serán siempre “evitando que se armen grupos. La única actividad que reúne personas es la de Caritas que está contemplada desde el comienzo”.

Volviendo al protocolo, la norma aclara que “en ningún caso, tales actividades podrán consistir en la celebración de ceremonias que impliquen reunión de personas”.

Para cumplimentar la norma, la secretaría de Culto -que encabeza Guillermo Oliveri- elaboró un protocolo que deberán seguir los templos de las diferentes religiones en todo el país para poder abrir y así ofrecer atención espiritual.

De esta manera, según se establece, los fieles podrán asistir al templo más cercano a su domicilio, “con previo acuerdo con el ministro de culto y realizar oraciones individuales, atendiendo a las disposiciones sanitarias y tomando los recaudos necesarios de distancia e higiene”.

“No está permitida la aglomeración de la feligresía y membresía. Por tal motivo, se mantiene suspendida la celebración de ceremonias, celebraciones, conmemoraciones litúrgicas y actos de culto que impliquen la concurrencia multitudinaria de personas”, aclara el protocolo, aplicable para la iglesia Católica Apostólica Romana y todas las entidades religiosas inscriptas en el Registro Nacional de Cultos.

Según el texto, los templos podrán estar abiertos entre las 9 y las 16 y la cantidad de personas permitida será limitada al ministro de culto, un auxiliar de limpieza, un auxiliar a la entrada que limite la cantidad de ingresantes y un máximo de diez fieles.

En el ingreso de los templos religiosos deberá haber una persona que “controlará el número de ingresantes de acuerdo a la capacidad del espacio y le colocará alcohol en gel a los fieles que vaya autorizando”, mientras que las entidades deberán disponer de una puerta para el ingreso y otra diferente para el egreso para evitar entrecruzamiento en la circulación.

Entre las medidas de higiene recomendadas por la Secretaría, se destacan la colocación de alcohol en gel a la entrada y a la salida del templo, la utilización de tapabocas; además no se permitirá que haya más de una persona por banco y se deberá respetar la distancia mínima de dos metros entre todas las personas.

El protocolo también incluye un inciso referido a la limpieza: mientras el templo esté abierto deberá haber al menos una persona que se encargue de la sanitización, mientras que cuando se cierra el lugar se deberá desinfectar todo el espacio, incluyendo bancos e imágenes religiosas.

Otra de las aclaraciones es que “no se pondrá agua bendita en las distintas fuentes que haya en el templo” y que “se deberá colocar a la entrada y la salida trapos de piso mojados con agua con lavandina, que se renovarán cada hora para desinfectar el calzado de los asistentes”.

También se estableció que las puertas del templo deberán permanecer abiertas para permitir la ventilación durante las horas de funcionamiento y que habrá en las iglesias recomendaciones visuales, con señalizaciones en el suelo y en los bancos para hacer respetar las normas de distanciamiento social.

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