Una multitud peregrinó hasta el santuario para expresar gratitud y elevar sus peticiones. El obispo diocesano, monseñor Hugo Santiago, llamó a trabajar para que el Evangelio "ilumine la realidad" al advertir la "pobreza afectiva" que vive mucha gente.
Una multitud de fieles católicos de distintos puntos de la Argentina y de algunos países limítrofes celebró en la ciudad de San Nicolás el 34° aniversario del inicio de las manifestaciones de la Virgen María bajo su advocación del Rosario ante una lugareña.
La masiva manifestación de fe para honrar a la Virgen María del Rosario se celebró este año bajo el lema "Madre, enséñanos a vivir en comunión".
La imagen princial de María fue sacada de la basílica minutos después de las 15 ante una fervorosa multitud de devotos que se congregaron en el sector conocido como "el campito", donde la vecina nicoleña Gladys Quiroga de Motta aseguró en 1983 haber visto a la madre de Jesús.
Minutos después, y presidida por la imagen de la santa, se inició una procesión por calles adyacentes que finalizó en el altar mayor, contiguo a la monumental basílica, donde el obispo diocesano de San Nicolás, Hugo Norberto Santiago, presidió la principal misa de la jornada y dio su mensaje a los feligreses.
De acuerdo al rector del santuario, Luis Prieto, y a estimaciones de la Policía, pasaron entre el sábado y el lunes pasaron por el templo unas 800.000 personas. El año pasado, cuando el 25 de septiembre fue domingo, se rozó el millón de fieles. Se trata de uno de los fenómenos religiosos más convocantes del país.
"La devoción a nuestra virgen María del Rosario de San Nicolás no es una celebración de devoción regional, sino que abarca prácticamente a todo nuestro país y también tienes rasgos internacionales", arrancó monseñor Santiago.
Tras destacar la presencia de fieles procedentes de países vecinos, el obispo afirmó: "Esto que hace la Madre con nosotros, es un programa para cada uno de nosotros, una misión". Y añadió: "La Madre nos reúne como familia, tiene la atención cordial, provoca el encuentro, el diálogo y nos dice: 'hijo, éste es el proyecto'. La Virgen nos confía a todos para que pongamos un poquito de arena allí donde vivimos".
El prelado nicoleño llamó a trabajar para que el Evangelio "ilumine la realidad", al advertir que "en la cultura de hoy hay una pobreza que no se daba en otros tiempos, donde la sociedad estaba más constituída institucionalmente, más cristianamente", mientras que en la actualidad mucha gente vive "en la pobreza afectiva, la pobreza en amor".
Testimonios de agradecidos con la Virgen
Hilde Castaño recordó a su hija internada, al borde la muerte. María Laura Matienzo, bailarina del Colón, tenía apenas 22 años cuando en un viaje a India contrajo una compleja enfermedad. “Una peste”, dijo Castaño. La mujer, de 78 años, cuenta que en medio de la desesperación sintió la presencia de la Virgen María del Rosario de San Nicolás y un mensaje tranquilizador: “No te preocupes, se va a salvar”.
Matienzo se recuperó y 17 años después Castaño volvió a San Nicolás para agradecer a la Virgen. Desde aquel episodio, los 25 de cada mes la mujer viaja desde San Isidro para agradecerle aquel milagro. “Me dio mucho. ¿Cómo no voy a estar acá”, explicó.
Antonio (72) y Nora (67), un matrimonio de Villa Devoto, llegaron para agradecer que él se recuperó del lupus y que un ahijado superó un cáncer. Benice Oliveira, una brasileña de Copacabana, está allí porque su hijo sanó de espasmos bronquiales que le impedían respirar con normalidad. Muchos de los que fueron al santuario llevaban consigo un relato, más o menos conmovedor, para entregar.
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