Obispos y políticos condenan la corrupción y convocan a repensar la política

Organizado por la Comisión Episcopal de la Pastoral Social (CEPAS), el lunes 8 de agosto se llevó a cabo, en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados de la Nación, la 4ª edición del espacio de debate federal “Repensando la política”.

Durante el encuentro el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario A. Poli, pidió a los dirigentes no reeditar viejas ¨antinomias¨ entre argentinos y los exhortó a repensar la política advirtiendo sobre el peligro de que el narcotráfico ¨desplace¨ al Estado entre los sectores más vulnerables.

Por iniciativa de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS) de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), se realizó el lunes 8 de agosto la 4ª edición del espacio de debate federal “Repensando la política”, que reunió a políticos y miembros de la Iglesia en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados de la Nación. 

La apertura del encuentro estuvo a cargo del presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Eduardo Lozano, el diputado nacional Eduardo Amadeo; y el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina. 

Monseñor Lozano comenzó dando la bienvenida a los participantes y agradeció la disponibilidad al diálogo entre las diversidades que trabajan juntas por el bien de los más necesitados, e invitó a los presentes a rezar juntos la oración por la Patria, para poner en manos de Dios la jornada. 

Por su parte el diputado nacional Eduardo Amadeo, quien asistió en representación del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, tomó las palabras del papa Francisco, al referirse a la política como “una de las formas más altas de la caridad”, e invitó a una revalorización de la política en bien de “reforzar los valores de los que habla la oración por la Patria” y destacó el desafío de la política de mejorar y transformar, y el valor del diálogo y la apertura del Congreso a todas las voces, como aporte a una mejor agenda de la política. 

A su turno el cardenal Mario Aurelio Poli agradeció en nombre de los obispos por la oportunidad de presentar el nuevo documento de la Conferencia Episcopal Argentina “Bicentenario de la Independencia -Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos, un aporte de la mirada y el compromiso pastoral con la patria". 

El arzobispo de Buenos Aires reflexionó sobre el nacimiento de la Patria y destacó el papel de la Iglesia en la gesta de Tucumán. Luego, se refirió a la necesidad de que la política busque el bien común, y señaló que “hay reduccionismo en el pensamiento de la política como también en la prédica cuando reducimos todo a retórica y queda afuera el rostro de los otros, la capacidad de escucha”. 

Asimismo el cardenal Poli tuvo palabras muy contundentes sobre los males que aquejan a la Argentina entre los que destacó a la corrupción y el narcotráfico, definiendo a este último como un tema que a los obispos “conmueve y preocupa”, sobre todo por la falta de perseverancia en las políticas de Estado. El purpurado consideró que “todos aquellos que tenemos alguna responsabilidad dirigencial en la Argentina tenemos que pedirle perdón al pueblo por haber llegado a este estado de cosas”. El tercer tema que subrayó el arzobispo fue "el descuido de la casa común", y resaltó el aporte del papa Francisco con la encíclica Laudato Si’, documento que el arzobispo propusoe repensar desde la política. 

El tema de la educación no escapó al análisis del cardenal Poli, y señaló que el documento del episcopado propone que los valores de la formación católica también esténpresentes en la educación pública. Finalmente se refirió a la beatificación de Mamá Antula, el próximo 27 de agosto y a la canonización del Cura Brochero, en octubre en Roma, como dos ejemplos para el encuentro fraterno de los argentinos. 

Durante la jornada, se desarrollaron diferentes paneles. El primero de ellos, "Repensar la política desde los nuevos desafíos sociales", estuvo integrado por Silvia Elías de Pérez (senadora nacional, UCR, Tucumán); Oscar Romero (diputado nacional PJ, provincia de Buenos Aires), Juan Fernando Brugge (diputado nacional, Democracia Cristiana, Córdoba) y Margarita Stolbizer (diputada nacional, GEN, provincia de Buenos Aires). El moderador fue el periodista Paulino Rodrigues. 

En el primer panel, "Repensar la política desde los nuevos desafíos sociales", se abordaron temas como la política como instrumento para volver al orden justo de la sociedad y recuperar el viejo amor al civismo. La senadora Elías señaló que "frente a una década donde primó la mentira y el desorden" es necesario "valorar la justicia como un factor indispensable". Asimismo se llamó a replantear el deber de los políticos, poniendo el bien común como eje y asegurar la paz, la libertad y la verdad. 

Se destacó la democracia solidaria y política, y la necesidad de los políticos de “ser testimonio”. Otro de los temas principales fue la urgencia de terminar con “el cáncer de la corrupción”. Además, se abordaron cuestiones como la cercanía entre los dirigentes y el pueblo, trabajando con profunda vocación y con profunda humildad para asegurar “la convivencia de todos en paz, igualdad, pluralidad, libertad y amistad cívica”. 

Los integrantes del panel reflexionaron, además, sobre la política como “herramienta de transformación social”, a la que es necesario darle un sentido humano, “pensar en el bien común, el interés general y los derechos humanos”, y subrayaron el vínculo que debe existir entre la gobernabilidad y la transparencia. 

Monseñor Jorge Lozano concluyó las intervenciones del panel destacando la idea de “casa común”, habitada por una “familia” caracterizada por la diversidad. Se refirió también a la importancia de las instituciones de la democracia, y a los vínculos entre la ética, la política y la economía. 

“Desde una mirada humanista –señaló monseñor Lozano-, la política debe regir sobre la economía y sobre ambas debe regir la ética. No puede haber una economía que obre libremente sin que le importe la política y menos todavía sin importarle la ética”. 

Frente al tema de la corrupción, lo definió como una “doble estafa”: económica y moral, que roba el dinero y deteriora la confianza del pueblo en las instituciones democráticas. Por último, expresó sus conclusiones sobre el valor de la verdad, de cuidarse de la mentira, y sobre la pobreza, vinculada con “el crecimiento económico que no se ha distribuido adecuadamente”.

El segundo panel, "Repensar la política desde la participación ciudadana", estuvo integrado por Alicia Ciciliani (diputada nacional, Partido Socialista, Santa Fe), Graciela Camaño (diputada nacional, Frente Renovador, provincia de Buenos Aires), Marta Varela (senadora nacional, PRO, ciudad de Buenos Aires), y Gustavo Menéndez (Intendente de Merlo, provincia de Buenos Aires, FPV). La moderadora fue la periodista Verónica Toller. 

En esta sección se expresó la necesidad de “que la política no sea solo reparto de poder para la elite que la integra”, ya que “sin la participación de la gente, sin el intercambio social fecundo, es prácticamente imposible que surjan nuevas alternativas para un cambio real y no meramente retórico”. Los disertantes señalaron que hay una crisis en el sistema, en la que “se ha quebrado la confianza”, y destacaron la figura de Francisco, quien “le regala al mundo un modelo de organización popular cuyo objetivo no es ni más ni menos que cambiar el mundo, salvarlo de un final anunciado provocado por el falso dios dinero”. 

Otro de los llamados surgidos del segundo panel fue a “cultivar los vínculos, los lazos, para generar amistades reales”, para una verdadera participación popular, mediante un trabajo conjunto, basado “en el diálogo, en el trabajo sostenido y en la construcción de consensos.” 

Conmovido por participar del encuentro, monseñor Jorge Casaretto se refirió a la vocación de la política, a su esforzada misión: “El político ve las multitudes, ve la pobreza, lo que sufre el pueblo y no se queda tranquilo en su casa, dice “tengo que hacer algo por el bien común”, señaló, e hizo hincapié en la cuestión de la identidad, de la personificación de la política y en darle institucionalidad a los movimientos sociales. 

Monseñor Casaretto mencionó a los jóvenes que “vuelven a inquietarse”, y destacó el desafío de que la política sea un espacio atractivo para ellos, al que respondan vocacionalmente. Finalizó su intervención planteando una pregunta a los disertantes: “¿estamos en la Argentina ante la necesidad de un nuevo pacto social?”.

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