El aroma a flores inundó la calle, pero nadie pudo descubrir de dónde provenía. Sólo quedó al descubierto cuando la Virgen hizo su aparición. La imagen de María Auxiliadora salió de la capilla del Colegio Don Bosco, en Capital, acompañada por el repique de las campanas y una lluvia de pétalos caídos desde lo alto del campanario. Ayer a la siesta se realizó la procesión con la participación de unos 3.000 fieles, según los organizadores de las Fiestas Patronales.

 Antes, durante y después de la procesión, las flores fueron el elemento que la gente usó para rendirle honor a la Virgen. Hasta cayeron desde el cielo, sorprendiendo a todos.

 La procesión no había avanzado ni 20 metros y María estaba cubierta de flores. La gente colocó los crisantemos, margaritas y rosas que llevó sobre la tarima donde transportaron a la Virgen, cubriéndola por completo. Esto hizo que algunos fieles no pudieran dejarle las ofrendas florales que le llevaron. Tuvieron que conformarse con dejarlas bajo el altar.

 Nuevamente se percibió el aroma a flores frescas, pero esta vez en el patio interno del Colegio Don Bosco. Provenía del techo, donde los alumnos dejaron varias cajas con pétalos para arrojárselos a María cuando ingresara al lugar. Pero no fueron las únicas flores que cayeron del cielo.

 Cuando la imagen de María Auxiliadora ingresó al colegio, cientos de crisantemos y rosas cayeron desde un helicóptero que voló bajo y despacio para participar del homenaje a la Virgen. La presencia de la nave sorprendió y emocionó a la gente que aplaudió con entusiasmo esta iniciativa. Los niños recolectaron las flores que quedaron en el suelo para arrojárselas nuevamente a la Virgen.

 Con el patio colmado de fieles, comenzó la misa a cargo de monseñor Alfonso Delgado. Durante su celebración se pidió por la Patria y por las víctimas del odio, de la violencia y de la inseguridad, temas por los cuales también rezaron los fieles en la peregrinación.