El párroco de Rodeo de la Cruz fue imputado por estafas a fieles. La frase corresponde a Alejandra Yáñez de Smovir, servidora de la obra de la Virgen de Salta.
“Verificamos que lo que decía el padre Edgardo Copado era todo mentira. El pedía mucho dinero (en donaciones) para la obra de la Virgen de Salta. No me he enterado de cantidades específicas, pero sé que pedía sumas bastante importantes y que invocaba tener mandato expreso de la obra de la Virgen y eso es mentira”.
Alejandra Yáñez de Smovir, servidora mendocina de la fundación de la obra de la Virgen de Salta, contó indignada a Diario UNO, la experiencia por la que atravesó con el padre Edgardo Copado, un sacerdote alvearense de poco más de 40 años que fue imputado por el delito de estafas hace unos días, luego de que el mismísimo Arzobispado de Mendoza lo denunciara penalmente en la Fiscalía Especial, acusándolo de solicitar a los fieles donaciones para obras inexistentes o para organizaciones que no representaba.
El escándalo motivó, además, que el arzobispo Carlos María Franzini ordenara su inmediata suspensión, luego de que el sacerdote, ante los cuestionamientos, abandonara sin previo aviso la parroquia que tenía a cargo, desapareciendo –literalmente– por varias semanas sin dar explicaciones.
Un cero kilómetro japonés
A esas alturas, la Iglesia mendocina ya se había enterado de que el padre Edgardo Copado se desplazaba en un Toyota de alta gama, modelo 2014, que reñía con sus ingresos.
También manejaba información de que habría estado alquilando un departamento en el que vivía una mujer, que los vecinos identificaban como la supuesta pareja del religioso y que además, el padre habría costeado el arrendamiento, con la donación que una creyente le proveía mensualmente para la obra de la Virgen de Salta sin saber que estaba haciéndose cargo del alquiler del sacerdote.
En el banquillo
El fiscal Daniel Carniello recibió la denuncia y debió encargar a una comisión policial que fuera tras los pasos del padre Copado.
Surgieron versiones de que andaba por la Patagonia, pero al final dio con Copado en su domicilio natal de General Alvear. No lo detuvo, sino que le envió la citación formal. El cura se presentó con su abogado y fue imputado por el delito de estafa que, en caso de condena, se castiga con hasta 6 años de cárcel.
La Justicia ya contaría con una decena de víctimas de las donaciones que tramitaba el sacerdote y que nunca llegaron a la Iglesia, donde además creen que las mismas se licuaban en los bolsillos del religioso.
Una de las víctimas fue la fundación Virgen de Salta de la que es servidora Alejandra Yañez de Smovir.
La ONG organiza periódicamente viajes a esa provincia para visitar el cerro donde la Virgen se manifiesta y cuyos mensajes transmite a través de María Livia Galliano de Obeid.
Yáñez de Smovir fue implacable al señalar: “Los viajes son sin fines de lucro. No hay ninguna persona, sacerdote, religioso, laico ni organización autorizados a pedir donaciones en nombre de la fundación”.
La denuncia indica que el padre Edgardo recaudaba para la construcción de un hogar de curas ancianos y enfermos que la Virgen pide en sus manifestaciones milagrosas.
“El pedido de la Virgen es real, pero no las donaciones que ha estado solicitando el padre Edgardo por su cuenta”, señaló Alejandra Yáñez de Smovir.
La mujer concluyó: “El padre miente, dice que viaja regularmente a la Virgen de Salta y allá está registrado que solo fue una vez en el 2009”.
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