Así lo ha establecido una sentencia que emitió la Corte de Apelaciones por unanimidad hace pocos días, en el que confirmó un veredicto anterior del Tribunal Superior.
Una mujer malasia convertida unilatéralement al Islam por su madre cuando era niña, sin consentimiento explícito, nunca fue realmente musulmana según la ley del país.
Así lo ha establecido una sentencia que emitió la Corte de Apelaciones por unanimidad hace pocos días, en el que confirmó un veredicto anterior del Tribunal Superior que había declarado el estatus religioso «no válido» desde el principio y mantenía la religión nativa hindú.
Los tres jueces, con la presidencia del magistrado Azimah Omar, confirmaron la sentencia de 2023 que declaraba ilegal la conversión porque carecía del consentimiento de ambos padres, como exige la ley islámica del Estado. En la sentencia, el presidente de la Corte señaló que «no hubo ningún error impugnable por parte del Tribunal Superior» que pudiera justificar una «intervención».
La mujer, que ahora tiene 28 años, había sido convertida a los siete años, cuando su madre la registró como musulmana sin el consentimiento de su padre hindú. Por lo tanto, el tribunal encontró una violación de la Sección 117(b) del Selangor Islamic Religious Enactment 2003, que establece que «ambos padres» deben consentir la conversión religiosa de un menor.
«Ni la madre ni la mujer tenían la capacidad de efectuar la conversión», afirmó el juez Azimah. En el banquillo de los acusados también estaban los jueces Noorin Badaruddin y Firuz Jaffril. El Consejo Religioso Islámico de Selangor (Mais) sostuvo que el caso debería ser manejado por el tribunal de la sharia [la ley islámica] como una cuestión de renuncia. Sin embargo, la Corte de Apelaciones rechazó esta opinión, afirmando que el caso se refería a la legalidad procesal, no a la fe personal de la mujer.
El juez Azimah añadió que a la mujer no se le debería exigir que pruebe el estatus de su fe en un tribunal religioso, subrayando que los tribunales civiles tienen jurisdicción para determinar la validez de las conversiones ilegales y unilaterales.
Hasta la fecha, su estatus religioso no es claro. En 2004 la madre se registró como musulmana para casarse con un hombre musulmán, y convirtió a su hija, que entonces tenía siete años, a través de la sucursal del Consejo Islámico de Klang. Casi 20 años después, la mujer impugnó la conversión en un tribunal civil, haciendo valer su derecho constitucional a la libertad de religión y a la ascendencia familiar. La decisión de la Corte de Apelaciones marca otra sentencia significativa en el debate en curso en Malasia sobre las conversiones religiosas que involucran a menores y sobre las disputas de custodia entre cónyuges de diferentes religiones, según Asia News e Info Católica.
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