El traslado de refugiados sigue «un plan para eliminar el cristianismo», denuncia Puertas Abiertas

El traslado de refugiados sigue «un plan para eliminar el cristianismo», denuncia Puertas Abiertas

Puertas Abiertas, la organización de apoyo a los cristianos perseguidos, acaba de publicar su último informe donde plantea una interesante disyuntiva en torno a la persecución y las crisis de refugiados: los desplazamientos de cristianos, explican, podrían ser una forma en sí misma de persecución y no su simple consecuencia. 

 

Este es solo uno de los múltiples "hallazgos clave" que se han obtenido tras la presentación del estudio en torno al alcance y la naturaleza de la persecución religiosa que sufren los desplazados internos y los refugiados.

Helene Fisher, experta en persecuciones, destacó la importancia de mirar "tanto a la Iglesia local como a la Iglesia desplazada" a la hora de buscar una panorámica de la persecución religiosa en un país. De hecho, explicó que la "estrategia deliberada" para erradicar la fe "consiste en fracturar a las comunidades religiosas".

"El desplazamiento no es sólo una consecuencia de la persecución, sino, en realidad, en muchos casos es parte de un plan intencionado más amplio para eliminar al cristianismo de una comunidad o de un país", añadió Fisher.

 

De la presentación de informa también se extrajeron los agentes más comunes que propician el desplazamiento de cristianos de su residencia, como son "las familias, funcionarios gubernamentales, miembros de la comunidad local o grupos de religiosos violentos".

"Las familias tienen la capacidad de privar de las necesidades básicas de supervivencia, como la comida o el refugio, así como de amenazar o violar la seguridad física, a lo que se suma la presión diaria que sufren los conversos al cristianismo; en algunos casos, la amenaza de muerte convierte en necesaria una vía de escape rápida", menciona el portal de Puertas Abiertas.

Estas son las conclusiones fundamentales del informe: 

1º No es la consecuencia, es la persecución en sí

A veces se interpreta el desplazamiento como una consecuencia derivada de la persecución, pero en muchos casos es intencionado y forma parte de una estrategia más amplia para erradicar el cristianismo de una aldea, una región o un país. En algunos casos dicha estrategia es manifiesta y pública, mientras que en otras es encubierta e informal.

2º La persecución no se limita a su propio país 

La persecución religiosa intensa no para en la frontera. Los cristianos que se ven forzados a desplazarse pueden ser víctimas de la persecución religiosa en cualquier etapa de su desplazamiento, y afrontar por consiguiente desafíos relacionados con su fe.

3º El desplazamiento puede minarlo todo, hasta la fe 

La pérdida de comunidad puede ser una de las amenazas que más minan la resiliencia de los cristianos y su sentido de la identidad. No solamente pierden su casa, sino también sus redes de apoyo económico y social y su seguridad. La separación de la familia propia es otra carga añadida.  

4º A más cristiano sea el refugiado, más perseguido es 

Todos los desplazados internos y refugiados afrontan estos desafíos, pero su naturaleza e intensidad pueden obedecer en parte al grado de fe y actividad cristiana que profesa cada uno. La naturaleza de los desafíos varía desde los actos violentos de grupos religiosos que se centran en los cristianos desplazados, hasta el trauma que experimentan los conversos debido al rechazo y la violencia familiar. 

5º Elementos que pueden orientar la persecución

La edad, el sexo, el trasfondo religioso, la etnia o el cargo público pueden influir en el grado y la forma de la persecución experimentada.

6º ¿Quién está detrás del desplazamiento de refugiados?

Pueden actuar paralelamente varios agentes, creando un conjunto de presiones de distintas fuentes que obligan a las personas a desplazarse. Los agentes también varían según el trasfondo religioso de cada persona.

7º Los organismos internacionales ¿cómplices? 

Esta situación puede deberse a una negligencia no intencionada, pero a veces, los mismos gobiernos y organizaciones internacionales (o sus representantes) pueden llegar a ser cómplices efectivos de la discriminación y el desvalimiento de los cristianos desplazados.

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