El Señor y la Virgen del Milagro unieron a miles de fieles en un nuevo acto de amor

El Señor y la Virgen del Milagro unieron a miles de fieles en un nuevo acto de amor

Según estimaciones oficiales, participaron de la procesión alrededor de 800 mil personas. En su homilía, el arzobispo Antonio Cargnello pidió a los políticos "sacrificar sus vidas en el servicio al bien común".

Las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro pasaron a diez metros de donde Carlos esperó durante tres horas en la plaza 9 de Julio el inicio de la procesión. Agitó con su brazo extendido un pañuelo blanco para saludar a los patronos tutelares de Salta, primero a la Virgen y 40 minutos después al Señor. Por su mejillas cayeron lágrimas. Sus ojos rojos parecían mirar algo que allí no estaba. Carlos tenía en sus recuerdos a su esposa y a sus seres queridos. Todo lo que en esta semana le rondó en la memoria: los malos y buenos momentos que tuvo desde que participó de la misma celebración religiosa, en igual lugar, un año atrás.

Carlos, como otras 800 mil personas (cifra brindada desde el Gobierno de la Provincia) que participaron ayer de la procesión del Milagro, fueron a renovar un pacto de fe, que se inició en 1692 tras los terremotos que derrumbaron la ciudad de Esteco y repercutieron en la capital salteña.Ludmila Mendoza, de Salta capital, empezó a participar de la procesión cuando quedó embarazada de su primera hija, quien hoy tiene 5 años y su hermanita, 2. Las niñas ayer estaban vestidas de ángeles.

Cumplieron promesas, agradecieron, pidieron por milagros y fueron a manifestar su devoción. Cada fiel tuvo uno de esos motivos o todos para seguir a las imágenes veneradas.Un niño retrata todo a su paso, durante la procesión. Foto: Pablo YapuraComo desde 2010, las figuras cristianas partieron desde la CATEDRAL BASÍLICA hasta el monumento 20 de Febrero, donde el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, brindó su homilía, en la que pidió a los políticos "sacrificar sus vidas en el servicio al bien común que hoy tiene el rostro de una nación que debe crecer en justicia, transparencia y equidad".La caminata, que antes terminaba al pie del CERRO SAN BERNARDO, se inició a las 15.15, con la salida de la Cruz Primitiva y un rato después se hizo lo propio con el retrato de la Virgen de las Lágrimas; 15 minutos más tarde partió la Virgen del Milagro y a las 16.30, como estaba previsto, se inició el traslado del Cristo.El repiqueteo de las campanas y la tradicional sirena de El Tribuno acompañaron el comienzo de la procesión.El momento en que las imágenes vuelven a la Catedral Basílica. Foto: Pablo YapuraPara ir detrás del Señor y la Virgen tuvieron prioridad los cerca de 50 mil peregrinos de distintos puntos de la provincia, quienes recorrieron hasta 500 kilómetros para honrarlos. Más prioridad hubo para las autoridades locales y religiosas, que, como es tradicional, van al lado de los carros que llevan los símbolos salteños más representativos, que a su vez recorren las 16 cuadras hasta el monumento custodiados por un cerco de efectivos policiales.Carmen Suárez, de Yacuiba, Bolivia: "desde hace 26 años no faltó a ninguna celebración del Milagro. Vengo a pedir por salud", contó la mujer, quien vino a Salta acompañada de su hijo.

Cientos de feligreses permanecieron en la plaza central a la espera del retorno de los patrones tutelares y otros retornaron a sus hogares.El buen tiempo acompañó la liturgia, con temperaturas que rondaron los 25 grados en el momento más caluroso, pero con brisas que fueron reconfortantes para los fieles.Un grupo de personas saluda a la Virgen del Milagro. Foto: Pablo YapuraDesde el Samec dieron a conocer que en la jornada se brindó asistencia sanitaria a más de 2.200 personas, de las cuales cinco fueron derivadas al HOSPITAL SAN BERNARDO para una mejor recuperación de las descompensaciones que sufrieron. Todos los pacientes fueron mayores de edad.La celebración llegó a su fin pasadas las 20. Miles de pañuelos se agitaron frente a la Catedral. Las imágenes fueron colocadas al frente del templo, desde donde monseñor Cargnello dirigió los últimos rezos de la jornada.Carlos fue uno de los que esperó en la plaza, sentado en su silla, el regreso del Señor y la Virgen a sus santuarios. También los despidió con su pañuelo cuando ingresaban a la Catedral. El hombre, ayer se reconcilió con su fe.

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