Santos de raza negra

Santos de raza negra

Efigenia, Benito de Palermo y Josephina Bakhita, una gran inspiración contra el racismo

 

Apropósito de los acontecimientos de racismo que se han visto evidenciados en los últimos días, no solo en EEUU sino en muchas de nuestras realidades locales, vale la pena resaltar la inspiración que representan para nosotros algunos santos que vivieron en carne propia esa lucha por sus derechos y su valor en un mundo, tantas veces injusto e inhumano.

Incluir a santos de raza negra tuvo como objeto, en la Iglesia, subrayar el alcance universal de la santidad a través de personas llegadas de todos los horizontes.

Además, alentar la reflexión en cuanto al lugar ocupado por ellos en la historia, aclarando así las ambigüedades nacidas para justificar la esclavitud.

 

Unos de los primeros indicios de valoración, apunta a finales del siglo XVI, con la aparición de un Rey Mago negro en la iconografía o con la presencia de Efigenia, una princesa etíope bautizada por el apóstol y evangelista Mateo, en el catálogo de los santos.

El Martyrologium Romanum, publicado en 1586, introduce varios santos más: Baltasar, el rey mago; Felipe (eunuco etíope) bautizado por el apóstol Felipe, de quien hereda el nombre; Moisés, bandido arrepentido del siglo IV y luego ermitaño; Elesban, príncipe africano del siglo VI, protector de cristianos y san Benito de Palermo, franciscano del siglo XVI.

Luego, con los años, se les siguió dando espacio al reconocer, hasta la actualidad, la vida ejemplar de muchos otros, como la de san Martín de Porres y de santa Bakhita.

Aquí tienes algunas inspiradoras pinceladas de la vida de tres de ellos:

1. Santa EfigeniaWilfredor-CC0

Efigenia nació en Etiopía. Su nombre significa “madre fuerte” en egipcio. Siendo hija del rey se convirtió cuando recibió el bautismo por parte de san Mateo.

Al difundirse el cristianismo, los jefes paganos, decidieron ofrecer a Efigenia en sacrificio. La santa esperaba este trágico momento consagrándose a Dios.

Mientras se preparaba la hoguera, escuchaba las palabras de aliento de san Mateo, quien le animaba a sentir el amor de Dios en su corazón.

Cuando las llamas crecieron, Efigenia levantó la voz invocando el Nombre de Jesús. Los testimonios cuentan que un ángel bajó del cielo arrancando a Efigenia de las manos de sus enemigos. Una vez a salvo, multiplicó sus esfuerzos por la conversión de su pueblo.

Falleció el 21 de septiembre del año 46 de nuestra era. En el calendario litúrgico se le celebra en esta fecha junto a san Mateo.

2. San Benito de PalermoPaul R. Burley-CC BY-SA 4.0

San Benito nació en Sicilia en 1524 y murió en Palermo el 4 de abril de 1589. Fue hijo de esclavos que fueron llevados a Italia.

Recibió la libertad de sus amos en el momento de su nacimiento y en sus primeros años se ganó la vida como un sencillo pastor.

Cuando tenía un poco más de 20 años se hizo monje franciscano ingresando en el convento de Santa María de Palermo.

Su analfabetismo le relegó a la cocina como un hermano lego. Desde su trabajo en la cocina resaltaban su piedad, su humildad y las curaciones milagrosas que realizaba.

Fue elegido prior en 1578. Posteriormente fue maestro de novicios, para después volver a la cocina. Fue beatificado en 1743 y canonizado en 1807. Su fiesta se celebra el 4 de abril.

3. Santa Josefina Bakhita Wikipedia PD

Nació en 1869 en Dafur, Sudán. Fue nacionalizada italiana y es la patrona de Sudán.

Gozaba de una vida tranquila, hasta que fue secuestrada por los comerciantes árabes de esclavos, que ya habían secuestrado a su hermana mayor dos años atrás.

Fue cruelmente obligada a caminar descalza unos 960 kilómetros. Se dice que el trauma de su secuestro le hizo olvidar su propio nombre; por esta razón tomó el que le dieron sus esclavistas: Bakhita, que en árabe significa afortunada.

Luego de ser vendida varias veces a amos que la humillaban muchísimo, el diplomático italiano Callisto Legnani la compró con el propósito de devolverle su libertad.

Cuando Legnani regresó a su país, Bakhita decidió acompañarlo para ponerse al servicio de la familia Michielo.

Luego fue acogida (junto con una de las hijas de la familia Michielo) por la Congregación de Hijas de La Caridad de Santa Magdalena de Canossa de Venecia, donde recibió los primeros sacramentos del catecumenado el 9 de enero de 1890.

Fue bautizada con el nombre de Josefina Margarita Afortunada. El 8 de diciembre de 1896, ingresó como religiosa tomando el nombre de sor Josefina.

En el convento se destacó por su piedad, su amor a la Eucaristía y también por su servicio a los más pobres y desamparados, por lo que fue llamada Madre Moretta (madre morena, en italiano).

Murió en el convento canossiano de Schio, en 1947. Sus restos fueron sepultados bajo el altar de la iglesia. Fue beatificada el 17 de mayo de 1992 y canonizada el primero de octubre del año 2000 por el papa Juan Pablo ll.

Que el testimonio de vida de estos santos, y la fe que los movió, nos encienda en el verdadero deseo de ser hermanos, trabajando por enfatizar lo que nos une y no lo que nos divide.

 

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