Resurge la propuesta de un «asset management» para los bienes de la Santa Sede

Resurge la propuesta de un «asset management» para los bienes de la Santa Sede

El borrador de un proyecto lo prevé para crear una estructura autónoma pero vigilada por los cardenales que se encargan de los dicasterios que poseen el capital

El periódico italiano “Il Sole 24Ore” reveló su existencia, con un artículo del vaticanista Carlo Marroni: entre los diferentes proyectos de reforma relacionados con las finanzas vaticanas, después de la creación de la Secretaría para la Economía, vuelve a surgir el Vatican Asset Management (Vam). Un organismo para la gestión unificada de los bienes inmuebles y los portafolios, que garantice la autonomía de cada uno de los dicasterios que posean patrimonios. Una hipótesis que, escribió el periódico italiano, «retomando las propuestas elaboradas en su momento por los cardenales Attilio Nicora, Giuseppe Bertello y Domenico Calcagno sobre reunir algunos servicios inmobiliarios de la Apsa y del Gobernatorado, retomaría algunos de los aspectos de la propuesta inicial del Vam elaborada por el Consejo para la Economía del Cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría para la Economía, para hacer más eficientes los servicios mediante una estructura especial y, en cierto sentido, autónoma con respecto a los dicasterios mismos».

La nueva propuesta, en forma de borrador, prevé un nivel de técnicos y expertos laicos y otro de superintendencia guiado por los mismos encargados de los dicasterios involucrados y habría sido preparada con la ayuda del cardenal Francesco Coccopalmerio. El objetivo es el de dotar de una gestión unificada a los capitales de la Santa Sede y del Gobernatorado de la Ciudad del Vaticano, sobre todo inmuebles pero también los portafolios financieros. «La hipótesis en vía de elaboración –escribió “Il Sole 24Ore”– indica que en el Vam confluiriían las gestiones de los inmuebles y de los portafolios, que seguirían siendo propiedad del dicasterio o del ente que actualmente detiene la titularidad», conjugando por una parte la necesidad de una mayor eficiencia en los servicios ofrecidos, «pero manteniendo en las decisiones administrativas las peculiaridades propias de cada uno de los dicasterios, defendiendo su “misión pastoral” y siempre sometiddas, como las de todos los dicasterios, al control general de la Secretaría para la Economía».

La idea del Vam había sido anunciada en julio de 2014, pero después había quedado en el olvido. Por ahora, el borrador parece destinado a no concretarse en ninguna propuesta y no formó parte del material que examinó el “C9”, el consejo de los cardenales que colabora con el Papa en la reforma de la Curia romana y en el gobierno de la Iglesia universal.

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