Aproximadamente 150 personas se reunieron ayer en el bloque de asentamientos Etzion, de Israel, para condenar el asesinato de Ali Dawabsha, el bebé palestino que murió en un incendio provocado en el pueblo de Duma el viernes a la mañana. Sus padres todavía están en el hospital con heridas serias.

El evento, que se llevó a cabo en el cruce de Gush Etzion en la entrada del asentamiento Alon Shvut, fue diseñado como una vigilia de rezos y una muestra de solidaridad contra la violencia, iniciada por Shorashim, una organización de coexistencia israelí palestina con base en el área.

Entre la multitud de israelíes se encontraban muchos residentes de asentamientos del área. Entre los oradores hubo rabinos destacables, como el presidente de Yesh Atid, Yair Lapid, y dos activistas palestinos, el Sheikh Ibrahim Abu El-Hawa y Ziad Sabateen. Todos ellos hablaron contra la violencia, criticaron el uso del nombre de Dios para asesinar y pidieron que los perpetradores del ataque sean llevados ante la justicia.

La rabino Hadassah Froma, esposa del difunto rabino y defensor de la coexistencia Menachem Froman, habló a los presentes sobre el dolor sentido en Israel debido al secuestro y asesinato de tres jóvenes adolescentes el verano pasado, Naftali Fraenkel, Gil-Ad Shaer and Eyal Yifrah, en el mismo lugar en el que se estaba llevando a cabo la ceremonia.

“La muerte solo trae más muerte, y el derrame de sangre causa exilio. Para merecer vivir en este país debemos elegir la vida y ver el toque de Dios en cada persona. Debemos eliminar las barreras entre nosotros y crear un puente, porque todo es posible pero depende de nosotros”, remarcó, según el medio israelí The Jerusalem Post.

Por su parte, Lapid habló brevemente sobre el asesinato del bebé palestino y pidió que haya esfuerzos intensivos para llevar a los perpetradores a la justicia. “Es lo más malvado quemar a un niño y no nos quedaremos callados en cara a esto. Dios nunca más permitirá el asesinato de un niño, ningún dios apoya la matanza y debemos ir a la guerra contra esta idea”, subrayó.

El Sheikh Ibrahim Abu El-Hawa, residente de Gush Etzion y activista de la paz, agradeció a los que habían asistido a la ceremonia y habló de la importancia de la coexistencia entre judíos y árabes. “Si esta tierra es de Dios entonces somos invitados y debemos vivir en amor y paz. Él nos trajo aquí para mostrarle al mundo que somos uno, la semilla de Abraham y los hijos de un Dios. Compartan sus corazones, amen a sus vecinos como a ustedes mismos, esto es lo que nos indicaron. Todos somos uno, tenemos dos madres pero debemos amarnos”, dijo.