E

l primer ministro francés Manuel Valls, reconoció hoy que el islam todavía suscita incomprensiones y rechazo en una parte de los ciudadanos de este país.

Valls llamó a no exagerar ni camuflar las inquietudes que dicha religión, la segunda de la nación, pueda provocar, al señalar al riesgo de explotación política.

El islam está en Francia para quedarse, por lo que debe llevarse adelante una batalla de conciencia en la que cada cual asuma su responsabilidad, apuntó durante una intervención delante de representes de musulmanes.

A su juicio, se trata de demostrar al mundo entero que el país galo y esa religión son plenamente compatibles.

Hace apenas dos días, Valls expresó que la Francia laica debe llevar a Europa y al mundo el mensaje de un islam compatible con la democracia y la República.

Las manifestaciones islamófobas aumentaron en Francia desde los atentados de enero pasado en París, sobre todo los ataques contra mezquitas o lugares de culto, acorde con la información divulgada.

"La situación desde los atentados no es más que el espejo aumentado de lo que ocurría antes. Se registran el mismo tipo de actos pero de forma más violenta y más frecuente", señaló el Colectivo contra la Islamofobia en Francia.

Según datos del Consejo galo de culto musulmán, hay unos siete millones de franceses musulmanes, bastante por encima de los estimados oficiales que calculan entre cuatro y cinco millones.