La plaza se convirtió en un festivo asado navideño solidario

La plaza se convirtió en un festivo asado navideño solidario

Una vez más, los curas rosarinos organizaron una cena para personas en situación de calle junto con más de 50 voluntarios

La noche del 24, la calle Gálvez se convirtió en un amplio salón de fiestas para celebrar la Navidad con gente en situación de calle. El encuentro lo organiza desde hace 11 años un grupo de sacerdotes de Rosario junto con el obispo, monseñor Eduardo Martín. Este año el asado fue para unas 300 personas.

Por los protocolos de la pandemia, esta vez se sentaron solo cuatro personas por mesa. Los tablones se dispusieron con la suficiente distancia en la esquina de la plaza del Che, justo sobre la calle Gálvez, que la cortaron para la ocasión.

Los asadores empezaron temprano. En uno de los patios anexos a la iglesia del Buen Pastor cocinaron 150 pollos, 400 chorizos, 100 kilos de carne y varios lechones. Con todo esto se sirvió la cena para unas 150 personas sentadas, y otro tanto se llevó la comida en una bandeja. “Por la pandemia no podíamos sentar a más personas, por eso no pudieron quedarse todos, pero al menos se llevaron la vianda”, explicó el sacerdote Gonzalo Carbone, uno de los curas que organiza este encuentro desde hace 11 años.

La calle estaba decorada con luces, como si fuera un patio cervecero, y había un escenario con música y hasta un pesebre gigante conmemorando la Navidad.

Entre los comensales había varias familias enteras, con niños, que están viviendo en pensiones y no tienen parientes. Para ellos no faltó la presencia de Papá Noel, que llegó con presentes para los pequeños. “No pueden faltar los regalos en Navidad”, acotó Carbone divertido.

“Fue una noche espectacular, se creó un clima festivo y amable, no tuvimos ningún inconveniente, al contrario todo salió muy bien”, resumió el cura y agradeció especialmente a los más de 50 voluntarios que colaboraron en la preparación y atención de la cena.

Colaboradores

“Quiero agradecer también a todas las personas que generosamente donaron toda la comida, desde las 30 tablas de fiambres hasta la carne, las gaseosas y las ensaladas. Porque todo esto se hace con la colaboración de muchísima gente, aquí no hay ninguna ayuda estatal”, aclaró.

El clima ayudó a que se hiciera al aire libre. Y si bien no hubo baile, como en otras oportunidades, no faltaron los que hicieron malabares o los que mostraron su destreza con el dibujo. Uno de los que participó de la cena es un avezado artista que vive en la calle. Esa noche se dedicó a dibujar retratos de quienes se sentaron a su mesa.

Carbone también destacó la participación de un grupo de “hermanas religiosas que acompañaron la cena atendiendo también a la gente”. No faltó tampoco el arzobispo, monseñor Eduardo Martín, que comió allí como uno más y luego dirigió unas palabras a los presentes.

También participaron voluntarios de organizaciones sociales que durante el año llevan alimentos a las personas en situación de calle.

Por primera vez, este año también participaron 15 personas que están viviendo en el nuevo refugio para quienes se encuentran en situación de calle, que comenzó a funcionar el 8 de diciembre en el Buen Pastor, Laprida y Gálvez.

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