El Papa a Curia Romana: mejor “albañiles” que “jefes” de obra de Dios

El Papa a Curia Romana: mejor “albañiles” que “jefes” de obra de Dios

El Pontífice sorprende en sus saludos navideños y de fin de año a la Curia Romana con una oración atribuida al beato Oscar Romero

Por ARY WALDIR RAMOS DÍAZ 

“Somos albañiles, no jefes de obra, ministros, no el Mesías. Somos profetas de un futuro que no es nuestro”, recordó el Papa en una oración que leyó a la Curia Romana para los saludos navideños y de fin de año este lunes 21 de diciembre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.

Al final de su alocución, recordó al beato Oscar Arnulfo Romero, quien fuera beatificado el 23 de mayo de mayo de este año, luego que el papa latinoamericano desbloqueara la causa debido a ásperas resistencias contra el obispo salvadoreño asesinado en el altar el 24 de marzo de 1980.

El año pasado el Papa sorprendió con su discurso sobre las 15 “tentaciones y enfermedades” de la Curia. Males que causan “dolor” a “todo el cuerpo” de la Iglesia a las almas y señaló que estos “podrían golpear a cada cristiano, cada curia, comunidad, congregación o parroquia o movimiento eclesial”.

El Papa invitó a los responsables de los dicasterios y a los superiores a profundizar y completar una lista de 12 elementos para la Misericordia, una especie de ‘antibióticos’ para curar la Curia para que esta sea nuestra guía y nuestro faro”, indicó.

A continuación la lista del Papa para meditar la misericordia en la acción de la Curia y el Servicio a la Iglesia: 1. Misionariedad y pastoralidad, 2. Idoneidad y sagacidad. 3. Espiritualidad y humanidad, 4. Ejemplaridad y fidelidad. 5. Racionalidad y amabilidad, 6. Inocuidad y determinación. 7. Caridad y verdad, 8. Honestidad y madurez. 9. Respeto y humildad. 10. Dadivosidad y atención, 11. Impavidez y prontitud, y por último, 12. Atendibilidad y sobriedad.

Para entender los 12 elementos de la lista, el Papa invitó a leer esta “bella oración, oración, comúnmente atribuida al beato Oscar Arnulfo Romero, pero que fue pronunciada por primera vez por el cardenal John Dearden”:

De vez en cuando, dar un paso atrás nos ayuda

a tomar una perspectiva mejor.

El Reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos,

sino incluso más allá de nuestra visión.

Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte

de esa magnífica empresa que es la obra de Dios.

Nada de lo que hacemos está acabado,

lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros.

Ninguna declaración dice todo lo que podría decirse.

Ninguna oración puede expresar plenamente nuestra fe.

Ninguna confesión trae la perfección, ninguna visita pastoral trae la integridad.

Ningún programa realiza la misión de la Iglesia.

En ningún esquema de metas y objetivos se incluye todo.

Esto es lo que intentamos hacer:

plantamos semillas que un día crecerán;

regamos semillas ya plantadas,

sabiendo que son promesa de futuro.

Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo.

Los efectos de la levadura que proporcionamos

van más allá de nuestras posibilidades.

No podemos hacerlo todo y, al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación.

Ella nos capacita a hacer algo, y a hacerlo muy bien.

Puede que sea incompleto, pero es un principio,

un paso en el camino,

una ocasión para que entre la gracia del Señor y haga el resto.

Es posible que no veamos nunca los resultados finales,

pero esa es la diferencia entre el jefe de obras y el albañil.

Somos albañiles, no jefes de obra, ministros, no el Mesías.

Somos profetas de un futuro que no es nuestro.

Comentá la nota