En una audiencia concedida al cardenal prefecto Gerhard Müller, el papa Francisco aprobó una Instrucción denominada “Ad resurgendum cum Christo”, acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación. Para conocer los detalles, EL NORTE entrevistó al padre Marciano Alba.
La instrucción de la Santa Sede “Resucitar con Cristo”, sobre la disposición de las cenizas de los difuntos cremados, trata de centrar a los familiares sobre la disposición de las mismas, que algunos casos la Iglesia las ve como exageradas y que no permite el culto que debería observarse de los fallecidos.
El padre Marciano Alba, vicario general de la diócesis nicoleña explicó a EL NORTE los detalles de la Instrucción vaticana: “el documento que salió de la Santa Sede denominado en latín como ‘Ad resurgendum cum Christo’ que en castellano significa ‘Resucitar con Cristo’, es precisamente para tratar de ubicar bien la utilización de la cremación, porque se ha llegado a algunos métodos bastante exagerados, entonces la Iglesia los centra para que sigamos afianzando la fe en la resurrección y después, naturalmente, sabiendo que las cenizas son parte del cuerpo y que no se puede hacer cualquier cosa con ellas. Agregó “en el documento se habla precisamente de qué es lo normal y que lo que la Iglesia quiere, siempre que se pueda, es lo que más significa y lo dice la Biblia, que es enterrar, lo que se llama la inhumación de los cuerpos. Pero como ha entrado mucho la costumbre de cremar, la Iglesia subraya que no está en contra de la cremación pero al mismo tiempo quiere que se dé un culto también a la ceniza”.
Consejo vaticano
Acentuó que “entonces no quiere que se haga cualquier cosa con ellas. El consejo de la Santa Sede es que la ceniza vaya a un lugar que puede ser un cinerario que se coloque en las parroquias o en algún lugar determinado, y así evitar que se lancen al aire, al agua, en la tierra o algún otro lugar y al mismo tiempo dice que cuando la cremación se hace por odio a la fe, la persona que ha fallecido no recibe culto en la Iglesia, precisamente porque ha pedido ser cremada para estar en contra de la Iglesia”.
El padre Alba dijo que “la Iglesia quiere que las cenizas que son parte del cuerpo y van a resucitar un día uniéndose con el alma, afiancen la fe en la resurrección. Cristo resucitó y vamos a resucitar con Él. Hay un lindo pasaje en la Biblia, donde Jesús se transfigura delante de los apóstoles y aparecen a su lado Moisés y Elías; Moisés que hacía 1.250 años que había fallecido y Elías que había muerto hacía 850 años, es decir aparecieron vivos y coleando, gozando de Dios. También la canonización del Cura Brochero, muestra que no está muerto, sigue viviendo. Yo hablo siempre que para entender bien la muerte tenemos que darnos cuenta que vamos muriendo varias veces en la vida: para salir del vientre de nuestra madre tenemos que ‘morir’ de estar ahí para ser niños, para dejar de ser niños tenemos que morir a la niñez para ser adolescentes, para arribar a la juventud hay que morir a la adolescencia y para morir a la juventud hay que pasar a la madurez y para llegar a las cenizas hay que morir a la madurez y para llegar a la última etapa es lo que llamamos habitualmente a la muerte en la tierra, que es el paso de lo corporal a lo espiritual. Por eso pasamos por lo que llamamos la muerte, pero el alma no muere y seguimos viviendo para siempre. Por eso en la resurrección de los muertos que llega al fin del mundo, se unirán todos los cuerpos con todas las almas que no han muerto y están gozando de Dios muchas de ellas y están viviendo la alegría que dura para siempre”.
Exageraciones
Afianzó que “por esto hay que evitar que se tiren en cualquier lado las cenizas; también señala el documento vaticano que no se lleven las cenizas como un recuerdo portándolas en alhajas o algo así para transportarlas por todos lados, y también que no se repartan entre los familiares como se ha hecho algunas veces”.
El Vicario Gral. se refirió entonces a los que indica la Instrucción: “para eso van a estar los cinerarios, que ahora vamos a inaugurar uno en La Emilia -ya fue inaugurado la semana pasada- en el Santuario de la Misericordia para que puedan depositar las cenizas ahí. Las primeras que se dejarán en ese sitio son las del padre López, un cura que estuvo de párroco ahí y murió en un accidente cuando viajaba con su hermano, que era seminarista, venían de Corrientes de ver a la mamá y en un choque murieron los dos. Una hermana que vive en La Emilia guarda las cenizas de ambos en una urna y serán depositadas en el cinerario, junto a las de la mamá del diácono Nacho de La Emilia”. En cuanto a seguridad para los familiares sobre los cinerarios que se van a implementar como ordena el Vaticano, aseguró que “después el que lo solicite también puede depositar allí, se llevará un registro con diversos datos, feche de muerte, consentimiento de los familiares –tienen que firmar dos- y como culto se puede hacer una misa al mes a quienes estén resguardados en el cinerario, es por si están en el Purgatorio y Dios los puede llevar al Cielo cuanto antes, y estar así en el grupo de los santos; es una gracia muy especial que Dios nos concede y también para que estimemos que las cenizas no son algo para tirar y que desaparezcan, sino que también la familia sepa que puede ir a orar por el difunto”.
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