El ataque acabó con la vida de dos personas y otras tres resultaron heridas, aunque el balance podría haber sido mucho peor de no ser por la valentía de los pasajeros musulmanes, que con su negativa ganaron el tiempo suficiente para que llegaran otros vehículos a la zona y los terroristas huyeran.

"Se negaron a separase de los no musulmanes y dijeron a los atacantes que mataran a todos los pasajeros o se marcharan. Algunos locales resultaron heridos intentando proteger a los no musulmanes", explicó al periódico Nation el gobernador de Mandera, Ali Roba.

Ante la negativa de los musulmanes a identificar a sus compañeros cristianos, los terroristas amenazaron con dispararles. «Pero aún así nos negamos a separarnos y protegimos a nuestros hermanos», ha relatado Abdi Mohamud, uno de los pasajeros, a Reuters.